La llamada intolerancia a la lactosa se debe una deficiencia de lactasa, la enzima que nos permite digerir la lactosa, el azúcar que contienen los productos lácteos. Muchas personas con este padecimiento creen que deben dejar de consumir todos los productos lácteos: leche, queso, mantequilla, yogurt, crema, etc. Sin embargo, esto no es necesariamente cierto, antes de tomar esa decisión aquí hay unos puntos que te conviene considerar:
Para darte un ejemplo, el yoghurt es un derivado lácteo que muchas personas con intolerancia a la lactosa eliminan de su dieta por temor a que les ocasione algún malestar. Sin embargo, parece que en realidad ocurre todo lo contrario. Durante la elaboración del yoghurt los microorganismos vivos utilizados para su fermentación consumen casi toda la lactosa y producen la enzima lactasa que nos permite digerir la lactosa, por lo que el yoghurt podría ayudar a reducir los síntomas de intolerancia. ¿No lo esperabas verdad?
La intolerancia a la lactosa no significa que debas dejar de disfrutar de uno de los derivados lácteos más deliciosos y saludables.
Fuente: http://www.efsa.europa.eu/en/search/site/yoghurt%20intolerance