La alimentación consciente es una práctica donde se pone gran atención en la manera de consumir los alimentos para alcanzar no sólo beneficios nutricionales sino también espirituales. Esto se logra mediante una sintonía de los sentidos del cuerpo con los sabores y texturas de la comida y al mismo tiempo, al aprender a interpretar claramente las señales del cuerpo que indican cuánto se debe comer y en qué momentos.

Cuando comes con toda tu atención concentrada en el acto de comer, es posible transformar una comida sencilla en toda una experiencia espiritual en la cual aprecias profundamente todo lo que tu cuerpo recibe de la naturaleza. Esto no sólo aumenta el disfrute de los alimentos sino que también prepara a tu organismo para aprovechar y asimilar todas las vitaminas, proteínas y nutrientes que provienen de ellos.
 

Practicar la alimentación consciente tiene todo que ver con el mindfulness y la meditación.

Es posible que la primera vez que lleves a cabo este tipo de ritual te parezca que todo va demasiado lento. No te preocupes, es normal, pues una de las bases de esta alimentación es darle todo el tiempo necesario (y más) a cada elemento y bocado. Es así que notarás de inmediato cómo la comida transforma sus propiedades en tu boca. La experiencia es increíble.

Estos son los cinco principios de la alimentación consciente para comenzar a practicarla hoy mismo:

1) Elije alimentos saludables, no sencillos. Reflexiona sobre lo que le darás a tu cuerpo y cómo le afectará, en lugar de optar por la opción más barata o fácil de conseguir.

2) Evita distracciones y cuenta cada bocado. Una de las prácticas básicas de la alimentación consciente incluye eliminar distracciones como la televisión o el celular. Mastica cada bocado hasta que la comida se vuelva casi por completo líquida. Sí, al principio parecerá extraño, pero date la oportunidad de probarlo. Al masticar aproximadamente el doble de lo que normalmente harías, tu cuerpo absorberá más grasas saludables y mucho más nutrientes de cada uno de los alimentos.

3) Piensa en lo que comerás en función del tiempo que tengas. Otro ejercicio de alimentación consciente para evitar sentirte apurado es medir el tamaño de tus porciones de alimento según el lugar y circunstancia en que te encuentres. El caso es que en ningún momento sientas prisa, pues eso anularía el trabajo de concentración que podrías alcanzar.

4) Evita saltarte comidas. La alimentación consciente requiere de planeación; eso es fundamental. Puedes utilizar un momento de la noche para organizar lo que comerás al día siguiente y en qué momentos; de este modo, también evitarás algo importantísimo: comer bocadillos o aperitivos poco saludables que rompan con el ritmo y con la dieta. No olvides que, en caso de necesitar un lunch porque mueres de hambre, las frutas frescas son la opción más conveniente.

5) Destina 1 hora completa para cenar. Un ejercicio muy interesante es el siguiente: tómate 1 hora entera para cenar. No importa si terminas tus alimentos en 15 minutos, deberás quedarte en la mesa por otros 45. Saber que tienes que estar allí durante 1 hora te hace entrar en conciencia del tiempo, y eso te hará saborear y disfrutar deliberadamente la experiencia.

¿Qué opinas de este tipo de alimentación? ¿Te animas a practicarlo? ¡Comparte tu experiencia y resultados en los comentarios!