En agosto del 2015, un equipo de científicos británicos retiró un popote de plástico de la nariz de una tortuga marina, en Costa Rica. El impactante hecho quedó grabado en un video que se viralizó tras ser publicado en YouTube, donde tiene cerca de 32 millones de reproducciones. Si no lo has visto, puedes encontrarlo aquí, aunque te advertimos que las imágenes resultan impresionantes.
En el clip se observa a los científicos, que sostienen a la tortuga y tratan de extraer el popote con unas pinzas, mientras ella da muestras de dolor y empieza a sangrar. Finalmente, el plástico fue extraído y, luego de un tiempo de observación, el animal fue liberado.
Aunque previamente existieron diversos intentos para invitar a las personas a dejar de usar popotes, tras la viralización de este video, las iniciativas antipopotes empezaron a cobrar mayor fuerza y a tener eco alrededor del mundo.
Ahora, diversas ciudades de distintos países han lanzado y aprobado propuestas para crear o modificar leyes que prohíban el uso de plásticos desechables.
Además, importantes cadenas de bares, restaurantes y compañías dedicadas a la venta de alimentos y bebidas, como Starbucks, empiezan a poner en marcha iniciativas que buscan principalmente eliminar los popotes, pero también reducir el uso de recipientes de plástico.
Aunque dejar de usar popotes de plástico es un gran paso, no es suficiente si se toman en cuenta las alarmantes cifras sobre la cantidad de basura plástica que se desecha alrededor del mundo, entre la cual destacan bolsas, botellas, empaques de todo tipo de productos y vasos, platos y cubiertos desechables.
Los datos recopilados por Greenpeace indican que cada año, en todo el mundo se utilizan cerca de 500 mil millones de bolsas de plástico, mientras que, según datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en México se generan más de 11 mil toneladas de desechos plásticos cada día.
La mayor parte de los desechos plásticos del país son botellas. Esto puede explicarse porque, según un estudio realizado por el Banco Interamericano del Desarrollo, el 81% de los mexicanos consume agua embotellada.
Gran parte de estos desechos termina en los océanos. Cada segundo, más de 200 kilos de plástico llegan al mar, lo que acumula más de 8 mil millones de toneladas al año, de acuerdo con el informe “Plásticos en el pescado y el marisco” de Greenpeace.
Esta basura no sólo contamina el agua sino que afecta a los animales, pues mientras algunos la tragan al confundirla con alimento, otros acaban atrapados en objetos como bolsas y redes. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el 99% de las aves marinas ha ingerido algún tipo de plástico.
La ONU también calcula que si se mantiene el ritmo actual de producción de plástico desechable, para el año 2050 los mares contendrán más basura plástica que animales y otras formas de vida.
El problema es tal que en el océano Pacífico se descubrió una enorme isla formada por alrededor de 1.8 billones de piezas de plástico, que ya tiene casi el tamaño de México y crece constantemente.
La mayor parte de estos residuos tardan cientos de años en degradarse, y en ese proceso liberan partículas tóxicas que afectan tanto la vida marina como la salud humana, pues los peces que se usan como alimento pueden estar contaminados con dichas partículas.
Además de las recomendaciones básicas, como evitar el uso de popotes y sustituir las bolsas de plástico para las compras por las que están hechas de tela y son reutilizables, hay otras medidas que puedes tomar para reducir tu consumo de plásticos desechables.
Por ejemplo, si sueles comprar agua embotellada o de garrafón, la alternativa es adquirir un filtro purificador y una botella reutilizable para llevar tu agua.
Existen filtros que se colocan en la llave del agua y otros que cuentan con un tanque de llenado, como los de Nikken y Unilever, que funcionan mediante carbón activado. Y si tu familia es numerosa o tienes un negocio o empresa, la compañía WaterStation cuenta con purificadores de mayor capacidad.
Por otro lado, si requieres utilizar platos, vasos, popotes y cubiertos desechables, lo ideal es optar por aquellos elaborados con materiales biodegradables, en lugar de plástico.
En México puedes encontrar opciones de las marcas Ecoshell y BioFase, que ofrecen productos desechables fabricados con materiales orgánicos y biodegradables, que se reintegran a la naturaleza y no contaminan.
Ecoshell ofrece productos como bolsas, charolas, contenedores, cubiertos, platos y vasos elaborados a base de biomasa, lo cual hace que su tiempo de biodegradación sea de entre 90 y 240 días, sin dejar residuos tóxicos.
Por otro lado, BioFase ofrece popotes y cubiertos desechables fabricados con bioplástico de semilla de aguacate, lo cual los hace biodegradables y compostables.
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