Diciembre es un mes de celebraciones. Desde las posadas hasta la cena de Fin de Año (y un poquito más si nos extendemos hasta Reyes) los días se van entre fiestas, intercambios, cenas y otros festejos. Sin duda, por eso es una de las temporadas favoritas de muchas personas. No obstante, también es una época en la que nuestras actividades contaminan mucho al planeta, sobre todo si nos olvidamos de todas las prácticas ecológicas que llevamos a cabo el resto del año. Por eso, éste es un sencillo recordatorio de que el árbol de Navidad no es lo único verde que debe haber en tu vida en estos días. Estás tú y todo lo que puedes hacer por el entorno sin por ello dejar de disfrutar.
Envuelve y desenvuelve regalos
Si tu familia es tan ecológica como tú, propongan ideas innovadoras y divertidas de generar el factor sorpresa sin utilizar envolturas de regalo. Tal vez puedan hacer un rally de regalos escondidos por la casa y además cubrir los presentes con ropa o contenedores que normalmente se utilizan para otras funciones. De esta manera, dar un regalo será divertido pero a la vez no habrá desperdicio alguno de papel. Si la idea de un regalo no envuelto en papel festivo simplemente no es viable para tu familia, entonces aguántate la emoción de arrancar el papel a tirones y desenvuelve los regalos con delicadeza. Luego, dobla cuidadosamente la envoltura y guárdala bajo el colchón de tu cama u otro lugar donde te asegures de que no se arrugará. Así podrás reutilizarla en otra celebración navideña o, si tiene un diseño general, en otras festividades.
Recicla el árbol de Navidad
Cada año, 80% de los árboles de Navidad acaba en la basura. Esto, además de generar una gran cantidad de desperdicio, es una lástima puesto que parte de la magia de los arbolitos navideños es que se pueden adoptar por una temporada para luego volverse a plantar. En ese sentido, asegúrate de comprar árboles de cultivos ecológicos controlados o árboles cultivados en macetas. Éstos no son lo mismo que los árboles cultivados, los cuales son aparentemente ecológicos pero muchas veces se cultivan en tierras no aptas para esta actividad. En el caso de los cultivos ecológicos controlados, no solo se promueve la reutilización del árbol sino que el terreno donde crecen es apto para su desarrollo, con lo cual, no se daña el ecosistema. Pero la clave está en no conformarte con la parte de comprar un arbolito ecológico sino en sí replantarlo o convertirlo en composta después de las fiestas. Está comprobado que menos del 20% de las familias lo hace. Aun así, la mejor opción de todas es hacer un árbol de Navidad con materiales reciclados o reutilizables. En Pinterest puedes encontrar maravillosas ideas para diseñar árboles con libros, cojines, cajas de huevo pintadas, corchos y más.
No te olvides de los necesitados
La Navidad es una magnífica época para estrenar. Recibir regalos da la oportunidad de renovar el guardarropa o incluso cambiar de estilo. Gracias a ello, también es una gran ocasión para compartir con quienes menos tienen. Asegúrate de incluir en tus rituales de Fin de Año una limpieza de clóset. Saca toda la ropa que esté en buenas condiciones y ya no utilices, y llévala a algún centro de acopio o comunidad en donde se necesite. Si no tienes tiempo de llevarlo a algún sitio, guarda la ropa en una caja o bolsa grande, métela a tu auto y regálala a algún mendigo que encuentres en la calle. Recuerda que lo más bonito de esta época es compartir y brindar a otros un poco de felicidad.