Tal vez cuando escuchas el término "ingeniería biomédica" te imaginas en una película de ciencia ficción en la que hay humanos que ya son mitad androides. Aunque puede sonar a fantasía futurista, esa rama del bienestar es una realidad que ayuda y facilita la vida de millones de personas en todo el mundo a través del desarrollo de órganos artificiales, miembros ortopédicos y prótesis.
Las prótesis son elementos artificiales dotados de cierta autonomía e “inteligencia” para que sean capaces de realizar funciones de una parte del cuerpo, y tienen como principal objetivo sustituir una parte del mismo que se haya perdido. Su beneficio no sólo sucede a nivel de movilidad; también permiten la reconstitución de la imagen estética, que pesa tanto en la autoestima de los pacientes.
Las más comunes son las de los brazos y piernas, que mejoran la vida cotidiana de personas discapacitadas producto de un accidente, alguna enfermedad o herida de guerra. El oído artificial es menos conocido, pero imagínate el impacto que tiene para que quien la necesita pueda establecer relaciones sociales y convivir con mayor confianza.
Y si hablamos de grandes transformaciones, hay que mencionar el ojo electrónico, una prótesis que estimula la retina y proporciona al paciente una visión rudimentaria que le permite distinguir objetos y sombras. Un avance mayúsculo para el bienestar y la salud.
Como bien lo señalan los expertos de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, la ingeniería biomédica es unir la fuerza de los criterios de la ingeniería y las herramientas de análisis de las matemáticas y la física para ponerlas al servicio de la medicina y, a fin de cuentas, del bienestar de la humanidad.