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“El mundo sigue mejorando en casi todos los sentidos”

Diciembre 30, 2016

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“El mundo sigue mejorando en casi todos los sentidos”, dice Steve Pinker, erudito y profesor de psicología en la Universidad de Harvard. Científico y lingüista cognitivo, Pinker enfocó su estudio sobre la naturaleza humana en nuestra tendencia a la violencia –y a la inversa, en la cooperación– en su libro de 2011 The Better Angels of Our Nature. En dicha obra Pinker documenta meticulosamente una baja constante de violencia en los últimos siglos que, escribe, “puede ser la más significativa y menos reconocida evolución en la historia de nuestra especie”.

 

En agosto pasado Pinker le dijo a la reportera Julia Belluz (de Vox Media en Estados Unidos) que el mundo está en un periodo de mayor paz que en cualquier otra época de la historia. Hace unos días, Belluz lo buscó nuevamente. Quería saber lo que Pinker pensaba de lo que el 2016 estaba dejando al mundo, si la elección de Trump y la ola de violencia global que le siguió le habían hecho cambiar de parecer, y esto fue lo que él contestó.

(La entrevista se editó por motivos de extensión y claridad).

 

Julia Belluz (JB): Para mucha gente este ha sido un año increíblemente estresante y violento desde el punto de vista noticioso. ¿Tiene algún consejo para ponerlo en contexto?

 

Steven Pinker (SP): Piensa en la historia y la información, no en los titulares. El mundo sigue mejorando en prácticamente todos los sentidos. La extrema pobreza, la mortandad infantil, el analfabetismo y la desigualdad global están históricamente en sus niveles más bajos; la vacunación, la educación básica, la inclusión de niñas y la democracia están en los niveles más altos de la historia.

 

Las muertes por guerra han incrementado desde 2011 debido a la guerra civil de Siria, pero son una fracción de los niveles que hubo entre las décadas de 1950 y 1990, cuando ocurrieron las megamuertes de las guerras y genocidios en todo el mundo. El acuerdo de paz de Colombia marca el final de la última guerra en el hemisferio occidental y el último remanente de la guerra fría. Los índices de homicidio en el mundo están disminuyendo y el nivel en Estados Unidos es más bajo que en cualquier época entre 1966 y 2009. Fuera de las zonas de guerra, las muertes por terrorismo son mucho menores que en las épocas de los Weathermen (de Estados Unidos), el IRA (de Irlanda) y las Brigadas Rojas (de Italia).

 

JB: Una cosa que ha cambiado mucho desde la última vez que hablamos en agosto fue la elección de Donald Trump. Ahora tendremos a un presidente que tiene fuertes vinculaciones con Rusia y que ha dicho que no defenderá a ninguno de los 28 aliados de Estados Unidos de la NATO (North Atlantic Treaty Organization) si fuera atacado por alguna potencia extranjera. Su elección vino después del Brexit. Esto realmente parece una amenaza a las instituciones globales que han querido mantener la paz en los años recientes.

 

SP: En 2016 han ocurrido varios acontecimientos desagradables en cuanto a democracia se refiere, y la elección de un presidente ignorante y voluble inyecta un inquietante grado de incertidumbre en las relaciones internacionales.

 

Pero es vital mantenerse calmados e identificar los peligros específicos, en lugar de sentirse derrotados por una vaga pesadumbre apocalíptica. El Brexit puede ser lamentable, pero no conducirá a una guerra entre el Reino Unido y Alemania o Francia. La nueva proximidad con Rusia está causando molestias en varios sentidos, pero irá reduciendo, en lugar de incrementar, las probabilidades de una guerra mayor (eso sugirió el inminente investigador de la paz Nils Petter Gleditsch).

 

Es fácil encontrar analogías y especulaciones históricas sobre la expansión imperial de Rusia y China, pero como señala mi colega Graham Allison: debemos considerar las diferencias entre los casos pasados y los presentes, no sólo las similitudes, y las diferencias son sustanciales.

 

JB: Otro de los aspectos alarmantes de la llegada de Trump al poder es que ganó, en parte, por incitar las tendencias racistas. Sabemos que los grupos minoritarios tienen miedo de que la gente racista se empodere bajo el mandato de Trump, y existen algunos discursos de que ya ha habido un repunte en la violencia racial en Estados Unidos. ¿Está usted preocupado porque la igualdad racial en Estados Unidos decaiga?

 

SP: Cuidado con los titulares y cuidado también con las estadísticas de las organizaciones defensoras cuyo financiamiento depende de avivar el temor y el enojo. He aprendido que sus declaraciones nunca deben tomarse al pie de la letra.

 

Existen razones para cuestionar el hecho de que haya crímenes de odio tras la llegada de Trump a la presidencia. La tasa de crímenes de odio tiende a seguir la tasa de crímenes en general, y hubo un repunte de ambos en 2015, antes del trumpismo.

 

En efecto, Trump utilizó el aumento de crímenes para sembrar el pánico sobre el estado crítico de su nación, y los progresistas achacaron tontamente esta situación a él. Los análisis minuto a minuto de las búsquedas de Google, según la información del científico Seth Stephens-Davidowitz, muestran que la islamofobia tiene que ver con los incidentes de terrorismo ocurridos por los perpetradores musulmanes. Así que los crímenes por odio probablemente dependerán más de las tasas de crímenes en general y de ataques terroristas que de una atmósfera creada por Trump.

 

De manera más general, la tolerancia racial global actual, para la cual se ha trabajado por tantas décadas, es demasiado fuerte para ser destrozada por un solo hombre. Las encuestas de opinión pública en casi todos los países muestran declives en cuanto a prejuicios raciales y religiosos y –esto es importante para el futuro– los jóvenes de hoy son menos perjudiciales que los adultos y mayores. Conforme mi propia generación de baby boomers (que ayudaron en la elección de Trump) mueren y son reemplazados por los millennials (que lo rechazaron en manada), el mundo se volverá más tolerante.

 

Y no se trata de que la gente simplemente esté en desacuerdo con las declaraciones de intolerancia cuando se les pregunta en encuestas, las cuales pudieran estar guiadas por un tabú contra el racismo explícito. Stephens-Davidowitz ha mostrado que las búsquedas en Google de bromas y organizaciones racistas son indicadores sensibles sobre el racismo privado, y éstas han decaído constantemente en los pasados 12 años y son más populares entre los mayores que en los jóvenes.

 

JB: ¿Es usted optimista en cuanto al futuro?

 

SP: Nunca he sido “optimista” en el sentido de simplemente ver el vaso medio lleno, sólo en el sentido de revisar tendencias más que titulares. Es irracional tanto ignorar buenas noticias como poner caritas felices en las malas.

 

Conforme van sucediendo, la mayoría de las tendencias globales de largo plazo han sido positivas. En cuanto al futuro, me gusta la distinción que hace el economista Paul Romer entre optimismo complaciente, el sentimiento de un niño esperando sus regalos, y optimismo condicional, el sentimiento de un niño que quiere una casita del árbol y se da cuenta de que si tiene algo de madera y clavos y convence a otros niños de ayudarle, puede construir una. No soy un optimista complaciente sobre el futuro; soy un optimista condicional.

 

(Traducción adaptada de Vox Media)

 

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