El escenario del peor desastre nuclear civil de la historia cambió por completo en los últimos 30 años, desde que la zona afectada fuera evacuada en 1986. Hoy, en Chernobyl, la flora y fauna extrañas y en peligro de extinción son el máximo atractivo para sus visitantes.
Recientemente el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, anunció que es momento de que el país muestre al mundo el potencial que tienen los alrededores de la central nuclear en el norte de Ucrania, por lo que se volverá un lugar turístico.
El desastre dispersó 400 veces más material radioactivo de lo que ocasionó el bombardeo de Hiroshima, lo que hizo inseguras grandes áreas de los alrededores para los seres humanos. Actualmente, la Zona de Exclusión cubre 2 mil 600 kilómetros cuadrados en Ucrania y 2 mil 100 kilómetros cuadrados en Bielorrusia.
Antes del accidente, la región era el hogar de unas 120 mil personas que vivían en las ciudades de Chernobyl y Pripyat. Ahora, las ciudades fantasma y sus alrededores disfrutan de la respuesta más irónica: la vida silvestre floreció en ausencia de la humanidad.
Los investigadores encontraron ahí una comunidad abundante de mamíferos. Hallaron un extraño caballo de Przewalski y un lince europeo, que anteriormente desaparecieron de la región y hoy están de vuelta. También encontraron un oso pardo europeo en la Zona de Exclusión. Los osos pardos europeos no se habían visto en esa región durante más de 1 siglo. Las ciudades fantasma también se convirtieron en el lugar ideal para los lobos grises (Canis lupus).
El florecimiento de la naturaleza se ha vuelto tan pronunciado que Bielorrusia ha comenzado a ofrecer tours de vida silvestre. La parte bielorrusa de la zona se denomina Reserva Radioecológica de Polesia, y como relata The Guardian: "la reserva es el experimento más grande de Europa en reconstrucción y los beneficiarios del desastre nuclear han sido los lobos, los bisontes y los osos, que ahora recorren el paisaje despoblado y las 231 (de las 334) especies de aves que también se pueden encontrar aquí".
La empresa de excursiones ecológicas APB-Birdlife Belarus lidera las visitas que comenzaron en diciembre de 2018, y llama a Chernobyl un "santuario de vida silvestre accidental". En su sitio dice:
El accidente en la planta de energía nuclear de Chernobyl provocó el abandono completo de un territorio enorme en Bielorrusia, así como la tierra en el lado ucraniano, creando el experimento más grande en cuanto a qué hace la naturaleza cuando la gente se va. La vida silvestre de la zona ofrece lecciones clave sobre cómo no nos necesita. Es un buen ejemplo de un parque involuntario. Su belleza no puede ser exagerada.
El escritor de The Guardian, Tom Allan, realizó uno de estos tours y relata que los animales habituales que se mezclan con los humanos –como los gorriones y los cuervos– se convirtieron en animales salvajes, como las águilas, el lince y los lobos.
Para los humanos que visitan el área, se dice que los niveles de radiación son menores de aquellos a los que uno estaría expuesto en un vuelo transatlántico. Pero, ¿cómo lo manejan los animales que viven allí? Allan señala que algunas investigaciones encontraron signos de mutaciones y enfermedades relacionadas con el material radioactivo.
Según Viktar Fenchuk, gerente de proyectos del Programa de Conservación de la Vida Silvestre en Bielorrusia, y uno de los conservacionistas más importantes del país, es muy pronto para tener una imagen clara. La reserva podría ser una "trampa ecológica", que atrae a los animales pero que puede provocar problemas en su salud, "pero la evidencia hasta ahora es que a nivel de la población, el efecto de la radiación no es visible". Sólo el tiempo dirá el destino de los habitantes más recientes de la zona.
Allan señala que casi 350 mil personas en total fueron evacuadas de la zona. Y mientras que la cantidad de muertes asociadas con el desastre aún no es clara, el accidente fue obviamente catastrófico, pero que la vida silvestre reaparezca es conmovedor. Y especialmente a la luz del informe de la ONU que señala que los hábitos voraces de la humanidad conducen a un inminente colapso de la naturaleza. Los autores dicen que 1 millón de especies de animales y plantas se enfrentan ahora a la extinción, muchas en pocos años, más que nunca en la historia de la humanidad.
Pero en una región golpeada por el desastre, al menos, la vida silvestre está en su apogeo. Lo que puede ser una Zona de Exclusión para los humanos se convirtió irónicamente en un refugio para los animales, por lo que surge la pregunta: ¿qué pasa si, al final, la pesadilla distópica de los humanos se convierte en un sueño hecho realidad para el resto de la naturaleza?
Con información de Tree Hugger