El dolor físico es un tema complicado cuando se trata de niños pequeños. En especial en el caso de los bebés, pues al no tener la capacidad de verbalizar, no pueden expresar cuando algo les duele ni qué tanto sienten el dolor, más que a través del llanto.
Y aunque es difícil conocer su nivel de dolor cuando enferman o deben someterse a tratamientos médicos que implican inyecciones, transfusiones o tomas de muestras de sangre, gracias a un estudio que se publicó en la revista Current Biology, ahora se sabe que al acariciar a los bebés durante una intervención médica se puede disminuir su dolor.
En la investigación, realizada por la Universidad de Oxford en colaboración con la Universidad de Liverpool, se descubrió que acariciar suavemente a un bebé reduce la actividad cerebral asociada con experiencias dolorosas.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores monitorearon la actividad cerebral de 32 bebés mientras les extraían sangre para realizarles análisis. A la mitad de ellos se les acarició con un cepillo suave antes del procedimiento, y al realizarlo, los bebés mostraron un 40% menos de actividad de dolor en el cerebro.
Así, el equipo de científicos descubrió que el tacto parece tener un potencial analgésico, sin el riesgo de desencadenar efectos secundarios. Además, en el experimento se concluyó que la velocidad óptima para reducir el dolor en los bebés es de aproximadamente 3 centímetros por segundo.
Pero no es necesario que saques el cronómetro cuando vayas a acariciar a tu bebé, ya que los investigadores indican que esa es justo la velocidad a la que los padres tocan la piel de sus bebés intuitivamente.
Adicionalmente, otros estudios previos han demostrado que el contacto físico puede aumentar el vínculo entre los padres, disminuir el estrés tanto para ellos como para el bebé y reducir la duración de la estancia en el hospital.
En muchos casos, el contacto piel con piel marca la diferencia para los bebés en el cuidado neonatal y también ayuda a los progenitores a desarrollar un vínculo con sus hijos.
Así que ya lo sabes, la próxima vez que tu pequeño hijo deba pasar por algún procedimiento médico que implique dolor, procura acariciarlo antes para que la molestia sea menor. Y aunque no tenga necesidades médicas, ten presente que siempre es importante el contacto físico para que los niños sientan el amor y la protección de sus padres.
Ahora se planea realizar más investigaciones en este campo, con el fin de ayudar a los padres a hacer más llevaderas tanto las enfermedades como los tratamientos médicos que requieran sus pequeños en sus primeros años de vida.
Para empezar, el siguiente paso será hacer el mismo análisis en bebés prematuros, que al nacer aún tienen los nervios sensoriales en desarrollo.
Con información de BBC