La educación es fundamental en el desarrollo del ser humano durante su infancia; sin embargo, además de los conocimientos que se adquieren en las escuelas, es necesario que los pequeños reciban una educación basada en valores, empatía y respeto.

El término soka significa en japonés "creación de valor". Fue utilizado por Tsunesaburo Makiguchi en su libro La pedagogía del sistema de creación de valor, publicado en 1930, donde se plantea la idea de generar un sistema de enseñanza con el objetivo primordial de crear valores y con la felicidad como el propósito principal de la educación.

Según esta propuesta, la educación tendría que facilitar el alcance de la felicidad para los estudiantes al contribuir con sus comunidades y mantener relaciones armoniosas con los demás y con su entorno.

Makiguchi encontró en la filosofía budista de Nichiren Daishonin la base para desarrollar su sistema educativo, ya que afirmaba que cada persona tiene el potencial de afrontar los desafíos cotidianos de forma creativa, al generar valor e influir positivamente en su comunidad.

La obra de Makiguchi encontró eco en Josei Toda, quien la continuó y creó la asociación Soka Gakkai. Posteriormente, Daisaku Ikeda, actual presidente de dicha asociación, continuó con la labor y creó lo que se conoce actualmente como el sistema educativo Soka.

Este sistema educativo está presente en todos los niveles educativos, desde preescolar hasta la universidad, en diversos colegios de Japón, y además ya ha llegado hasta otros países como Singapur, Malasia, Hong Kong, Brasil y Corea del Sur.

Los pilares que definen al sistema educativo Soka son:

• Facilita el intercambio de experiencias por medio del diálogo.
• Fomenta una cultura de paz y reflexión acerca de los derechos humanos.
• Sensibiliza sobre la importancia de coexistir con la naturaleza y respetarla.
• Fomenta el aprendizaje de idiomas y la lectura
• Facilita el desarrollo intelectual, bajo la premisa de que el conocimiento por sí solo no puede generar valor si no está guiado por la sabiduría.
• Añade al objetivo del aprendizaje un sentido de propósito, responsabilidad y deseo de contribuir al bienestar de la humanidad. 
• Busca propiciar las relaciones de amistad significativas y duraderas.

Debido a todos los valores que busca transmitir, en la educación Soka cobra gran importancia el desarrollo de los profesores, ya que si ellos de inicio no tienen una evolución y un crecimiento en ese sentido, serán incapaces de inculcarlos y transmitirlos a los alumnos.

Por ello, una de las prácticas docentes habituales consiste en realizar reuniones entre maestros en las que éstos intercambian experiencias y puntos de vista y además revisan sus diarios sobre su propia práctica. 

En dichas reuniones, que ocurren cada mes, se exponen especialmente las situaciones que se consideran retos y fracasos, para analizarlas y así aprender de ellas. Además, los docentes crean una red de aliento mutuo, en la que se apoyan unos a otros para aprender a afrontar situaciones adversas respecto a su práctica de enseñanza.

Este apoyo entre docentes tiene un gran valor para ellos, ya que ayuda a que los profesores más experimentados compartan su vivencias y sabiduría con los más jóvenes. 

Algo destacable es que en esas reuniones de apoyo mutuo también se invita a las familias de los alumnos para favorecer el diálogo entre padres o tutores y maestros, de modo que entre ambas esferas (casa y escuela - familia y profesores) se ayude a los alumnos a tener un crecimiento y desarrollo integral.

Así, el sistema educativo Soka fomenta la idea de que el profesor trabaja en dos escenarios: el aula y la comunidad, y sólo así se completa su labor. Además, este modelo pone en claro que no es suficiente sólo con lo que se realiza en el salón de clases, sino que la formación de las nuevas generaciones debe ser un trabajo conjunto entre familias, profesores y la misma sociedad.