La gratitud es algo muy positivo, pues ayuda a aumentar la sensación de felicidad, beneficia la salud mental y tiene grandes efectos en el bienestar general, lo que ayuda a ser más resistente, optimista y consciente.
Aún así, puede ser difícil incluir momentos de gratitud consciente en la vida diaria. Y si bien el ajetreo y el bullicio de la temporada decembrina pueden parecer la época más ocupada del año –lo que te deja sin momentos libres para abrir un diario de gratitud–, puedes aprovechar estos días para demostrar a las personas que las aprecias y enfocarte en las cosas por las que estás agradecido, lo cual debería ser la esencia y el motivo de estas fechas.
Una manera sencilla de poner una dosis de gratitud en estos días caóticos es al convertir las entregas e intercambios de regalos en prácticas de gratitud; las siguientes recomendaciones te darán algunas ideas de cómo puedes hacerlo.
Anotar las cosas por las que estás agradecido reconfigura tu cerebro para la felicidad; entonces, cuando se trata de agregar gratitud a la entrega de regalos, lo que puedes hacer es escribir lo que significa para ti cada persona que recibirá un obsequio de tu parte.
Puedes incluir en cada regalo una nota donde describas aquello que los hace únicos como personas, un buen recuerdo que tengas con ellos o algo en especial por lo que te sientas agradecido con cada persona.
Quizás la persona a la que vas a entregar un obsequio es un compañero del trabajo o un amigo reciente, que no es alguien tan cercano como para conocer a fondo sus cualidades o para tener recuerdos relevantes en común.
En estos casos, puedes agradecer por esos pequeños detalles que tiene esa persona y que hacen que tus días sean un poco mejores; por ejemplo, puede que sea quien siempre te saluda o te regala una sonrisa, o alguien que suele tener actitudes y palabras amables. Con este ejercicio te darás cuenta de que hacer un esfuerzo por mostrar aprecio a aquellos que te apoyan de maneras pequeñas pero poderosas es algo que nutre el alma.
Cuando llegue el momento de entregar cada regalo, además de la nota que ya hayas escrito, procura decirle a cada persona algunas palabras sobre las razones por las que estás agradecido con ellas, o bien, aquellas cualidades que les admiras o lo que consideras que hace que sea valioso que formen parte de tu vida.
Ten presente que decir cosas buenas a las personas no solo hace sentir bien a quienes reciben tus palabras, sino también a ti por decirlas y regalar un poco de felicidad; además, esta acción tiene un efecto dominó y mejora el estado de ánimo de todos los que te rodean.
Cuando elijas regalos para las personas más cercanas e importantes en tu vida, trata de salirte de lo convencional, y en lugar de comprar cualquier cosa genérica en el centro comercial, piensa en regalar experiencias; y mejor aún si pueden disfrutarlas juntos.
Y no necesitas enfocarte en experiencias costosas, algo tan sencillo como una tarde de películas en pijama –puedes regalar las pijamas, una manta o los calcetines calentitos–, un paseo por algún lugar interesante –aquí puedes comprar las entradas para algún museo o sitio de interés– o una salida a tomar café, acompañado por una amena charla –qué tal una tarjeta de regalo de su cafetería favorita– pueden ser grandes planes para compartir.
Si tienes alguna habilidad, como la cocina, la repostería, las manualidades, alguna actividad artística o artesanal –además del tiempo suficiente–, aprovecha esos dones y crea regalos hechos por ti.
Así no sólo estarás dando algo lindo y útil, sino mucho más significativo y lleno del valor que le darán a cada cosa el tiempo y la dedicación que invertiste en ellas. Esta acción hará también mucho más valiosa tu práctica de gratitud, pues estarás dando un poco de ti a esas personas que hacen del mundo un lugar mejor para ti.
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