El mundo actual está regido por las redes sociales, la constante comparación con los demás, la búsqueda infinita por "ser feliz" y evitar a toda costa los sentimientos "negativos". Con esta infinidad de estímulos que se encuentran a tu alrededor, resulta casi imposible tener un comportamiento más humilde. La humildad es un valor que parece que ha desaparecido con el paso de los años.
Puede ser que quieras ser "perfecto" en todo sentido e incluso creas que lo eres, pero necesitas ser humilde para tener relaciones respetables en tu vida. Es de vital importancia ser modesto, para que puedas ser un mejor amigo y compañero de vida. Tus seres queridos no se quedarán contigo si eres una persona arrogante.
Una cualidad clave de la humildad es valorar a los demás y permitirles ser escuchados. Dedicar tiempo a escuchar a los demás y extraer sus sentimientos y valores al permitirles expresarse, es una forma muy poderosa de empezar a entenderlo.
Es importante recordar que no estás ahí para resolver sus problemas o para responderles; simplemente escúchalos y contesta con empatía.
Una parte importante de la práctica del mindfulness es aceptar lo que es, en el momento en que es. Un elemento importante de humildad es aceptarte a ti mismo con todas tus faltas, en lugar de juzgarte por tus defectos. Eso no significa que no debas esforzarte por mejorar, sino esforzarte positivamente, en lugar de reprenderte por tus cualidades negativas.
En otras palabras, tómate el tiempo para "contar tus bendiciones" y estar agradecido por ellas. Es fácil caer en una espiral negativa de querer más, ya sea de ti mismo o externamente. Tomarse el tiempo para detenerse y recordar por lo que hay que estar agradecido es una buena manera de cultivar un estado de ánimo más humilde y positivo.
Una de las cosas más difíciles es aceptar que cometes errores o que necesitas ayuda en algo. La realidad es que no siempre puedes hacer las cosas tú solo. En muchas ocasiones, necesitarás la ayuda de los demás. Esto también te permitirá aprender a trabajar en equipo.