En esta temporada no se antoja salir mucho. Perfecto, entonces aprovecha de ese tiempo en casa para acurrucarte (y más que eso) bajo las sábanas.
1. En el invierno el sexo se te antoja más
A pesar de que la naturaleza se encarga de poner el escenario menos inspirador –los días son cortos, hace frío, el clima te reseca la piel y te corta los labios– según la evidencia científica, a las personas se nos antoja más el sexo en invierno. Los científicos aseguran que esto se debe a que el clima puede hacer que deseemos encontrar calor en otra persona a través del contacto emocional y la cercanía física. Debido a que en los meses fríos la gente suele querer estar en casa, las personas experimentan un tipo de aislamiento social que los hace sentir físicamente fríos, más allá del clima. Tener una pareja sexual en invierno aporta una sensación de pertenencia, unión y, por supuesto, de ese calor que tanto se desea.
2. El que no enseña…¿vende?
De acuerdo con un estudio realizado en 2008, los hombres se sienten más atraídos por el cuerpo de las mujeres en invierno. Según los investigadores, debido a que las personas están cubiertas por múltiples capas de ropa a lo largo de estos meses, los hombres se excitan mucho cuando una mujer muestra un poco de piel en esta época, así que el invierno puede ser la oportunidad perfecta para hacer que se le antoje lo que a simple vista no puede tener.
3. Puedes tener sexo con calcetines
Es cierto que la idea del sexo es quitarse toda la ropa, no obstante, un extraño pero interesante estudio realizado a mujeres en 2013 reveló que 80 por ciento de ellas tenía un orgasmo con mayor facilidad mientras las estimulaba manualmente su pareja si ellas llevaban puestos calcetines. Solamente el 50 por ciento de las mujeres llegó al orgasmo cuando no llevaba puesta esta prenda. ¡Aprovecha que en el invierno no se antoja desvestirse del todo para tener más orgasmos!
4. La felicidad ambiental se contagia
La mercadotecnia de invierno está repleta de parejas felices que demuestran su cercanía mediante regalos románticos, abrazos frente a árboles de Navidad, besos enmarcados por luces de bengala y más. Visualmente, esto envía el mensaje a nuestro cerebro de que esas escenas son algo deseables para nosotros, por lo que copiar esos gestos románticos y afectivos resulta natural. Por eso, llenarte de ese tipo de imágenes puede ser la inspiración ideal para ponerlas en práctica
5. Puedes tomarte tu tiempo
Además de disfrutar del recalentado, entretenerte con juegos de mesa y ver películas, ¿qué más puedes hacer en los días posteriores a la cena de Navidad y Fin de Año? Exacto, deleitarte con una larga sesión de sexo con tu pareja. Hay tiempo, así que por esta vez simplemente puedes disfrutar sin prisa y con ello aumentar la posibilidad de llegar al orgasmo. Lo mejor de todo es que, gracias al clima frío, ninguno tendrá que preocuparse por sufrir un golpe de calor o sudor desagradable tras la tercera ronda bajo las sábanas –una ventaja adicional para aprovechar la posibilidad que tienen las mujeres de tener orgasmos múltiples-.
6. Tienes accesorios a la mano para probar cosas nuevas
Esa bufanda de cachemira que te cubre del frío tiene muchos usos fetichistas que podrían encantarte: vendas de ojos, lazos para atar… usa tu imaginación.
7. Tener sexo evita que te enfermes
De acuerdo con un estudio realizado en 2004, tener sexo con frecuencia está relacionado con poseer niveles más altos de inmunoglobulina A, un anticuerpo indispensable para la inmunidad. Ya que durante el invierno se bajan las defensas, el sexo en esta época podría ser una medida preventiva ideal para mantenerte sano.
8. Acurrucarse después del sexo se antoja
En verano, una sesión de sexo pasional es genial pero, ¿la idea de acurrucarse después de acabar sudados y acalorados? Quizá eso no se antoje tanto. En el invierno, la mejor manera de guardar el calor corporal producido a partir del sexo es acurrucándose, así que la sensación de cercanía y apapacho podrá prolongarse por horas antes de que alguien inicie la siguiente ronda.