Resolver un conflicto con nuestra pareja suele convertirse en una discusión acalorada que, la mayoría de las veces, no debería llegar a eso. Nos gritamos, nos herimos y el resultado es una relación que se va fracturando. El terapeuta familiar y de pareja Roger S. Gil enseña cómo elegir nuestras batallas y obtener lo que quieres cuando realmente vale la pena.
Aprende de dónde surge tu línea de conflicto
Para resolver un problema, primero necesitas conocer de dónde surge. Para ello, el doctor Gil sugiere que lleves un diario donde anotes tus peleas: con quién fue, a qué se debió, cómo lidiaste con la situación, el resultado y si te gustó o no ese resultado. Tras ocho conflictos podrás detectar patrones –como que peleas con tu pareja seis de esas ocho veces, a pesar de que tu enojo viene de un tema laboral–, saber si debes ajustar tu comportamiento y decidir si vale la pena emprender esa batalla.
Pregúntate lo siguiente antes de pelear una batalla
Cuando te enfrentes a un nuevo conflicto, no reacciones enseguida, mejor pregúntate: “¿Amerita que haga o diga algo inmediato?”. Tomarte el tiempo para responder esto te evitará reacciones más emocionales que racionales de las que podrías arrepentirte. Una vez que te respondas la gravedad de la situación y que trates de entender la posición del otro, decide si es necesario pelear, esperar hasta tener mayor claridad para discutir el asunto o simplemente dejarlo ir.
Pelea de manera constructiva
Si tu objetivo es lastimar o sólo expresar tu enojo, estás peleando por razones equivocadas. Gil sugiere que siempre permanezcas enfocado en el resultado que deseas obtener –que sea justo para ambas partes– para evitar embrollarte en un conflicto emocional. De esta manera, una batalla se convierte en un debate mucho más productivo y menos desgastante.
La práctica hace al maestro
Las habilidades adquiridas se entrenan. Cambiar tu comportamiento y entender el de tu pareja requiere de esfuerzo. Es un trabajo de ensayo y error constante y aprenderás de cada experiencia. No esperes mantener el control de la situación en el primer conflicto, pero utiliza estas ideas como punto de partida para elegir mejor tus batallas, tomar nota de tu comportamiento y seguir practicando. Cuando te sientas menos visceral ante un problema, sabrás que vas por el buen camino.
Te puede interesar: 5 señales de que tu pareja y tú no están destinados a estar juntos