Hay juguetes sexuales de muchas formas, tamaños y colores, pero aún no abarcan toda la gama de gustos. La búsqueda del placer personal excluye en gran medida a los cuerpos no binarios, pero algunas marcas que desarrollan juguetes sexuales reconocen la necesidad de mejorar. Pronto, cualquier persona (si así lo desea) tendrá un juguete ideal para sus gustos en su mesita de noche.
"Hacer que un juguete sexual sea libre de género lo hace más accesible para todos", dice Amy Boyajian, CEO y cofundadora de Wild Flower. La tienda para el bienestar sexual de los adultos lanzará su primer vibrador sin género este año. Los jueguetes sexuales a menudo dejan fuera a un gran número de personas, y la propuesta de esta marca es llegar a esos mercados.
La comercialización de productos de placer personal también puede ser perjudicial para quienes no se identifican dentro del binario de género, según el doctor Logan Levkoff, un educador de relaciones y sexualidad. Gran parte del mercado todavía produce los juguetes en colores tradicionalmente asociados con el hecho de ser hombre o mujer (es decir, rosa y azul).
"Cuando etiquetamos un producto sexual para mujeres o para hombres, no se tiene en cuenta a todas las personas que no se identifican con esas etiquetas y lo que impide que las personas exploren su sexualidad con estos artículos, porque suponen que no es para ellos", dice Levkoff.
Marcas como Wild Flower y PicoBong ya reescriben las reglas. Estas empresas diseñan juguetes que se adaptan a las necesidades de todos los géneros y, por lo tanto, revolucionan la forma en que las personas se masturban y/o juegan con sus parejas.
La inspiración llega al encontrarse con las necesidades de personas cercanas, como le pasó a Boyajian: su amiga cambió de género y sus juguetes sexuales dejaron de serle útiles. "Queríamos crear algo que pudiera llevarlo a través de cualquier transición, sin importar su anatomía o identidad", dice.
Las curvas de Enby, el vibrador sin género de Wild Flower, revelan cómo puede llegar a los puntos sexuales de cada cuerpo. Pero Boyajian dice que la creatividad sexual es la mayor fuente de poder: "Hicimos que personas de todas las anatomías e identidades probaran Enby para garantizar que se satisfacían todas sus necesidades. Muchos de ellos crearon formas aún más creativas de usarlo, por lo que las posibilidades son infinitas".
El dispositivo, que tiene el tamaño de una mano, es realmente un paso gigante en una dirección más inclusiva que apenas empieza. El futuro de la industria puede cambiar. Boyajian ve un mundo donde los usuarios, no las marcas, dictan el uso de cada dispositivo: "Durante demasiado tiempo, la industria del juguete sexual ha prescrito identidades y preferencias a sus usuarios. Cuando les damos a los clientes el espacio para explorar, creamos un espacio para que ellos prioricen el amor propio y el placer en sus propios términos".
Fuente