Un nuevo estudio realizado por psicólogos de la Universidad de Toronto mostró un importante factor que determina una vida sexual satisfactoria, principalmente un índice de lo que llamaron "sexpectativa".

La investigación involucró a más de mil 900 personas, las cuales encontraron que se podían dividir en básicamente dos grupos, aquellos que tenían un acercamiento al sexo orientado al crecimiento y otros que creían en lo que llamaban "destino sexual" (algo similar a creer en un alma gemela).

"Las personas que creen en el destino sexual, están usando su vida sexual como barómetro para qué tan bien les va con su relación, y creen que problemas en la recámara son iguales a la relación en conjunto", dice Jessica Maxwell, una de las autoras del estudio; "Mientras que las personas que creen en el crecimiento sexual, no sólo creen que pueden trabajar en sus problemas sexuales sino que no se ven afectados por ellos en la satisfacción de la relación". 

Ambos grupos atraviesan una fase de "luna de miel" que dura los 2 primeros años, pero que inevitablemente llega a un punto de inflexión. Es por ello que las personas que asumen que su relación tiene que ver con el destino y que si las cosas no son como creen entonces deben buscar otro destino, tienden a entrar en una fase crítica que suele resultar en la ruptura o en una relación poco agradable.

La investigación mostró que las mujeres tienden a creer más que el sexo necesita de crecimiento y trabajo y están más dispuestas a ir a terapia para resolver esto. 

En general, como es obvio, las parejas que están dispuestas a trabajar en su sexualidad tienen mayores probabilidades de durar más tiempo y tener una vida sexual más satisfactoria. "La sexualidad es como un jardín", dice Maxwell, y debe regarse, nutrirse y mimarse con diversos cuidados. Tener demasiadas expectativas generalmente provoca que vivamos decepciones y que no tengamos la presencia para experimentar una situación tal como es, sin proyectar nuestra mente en ella.