Viajar nos enfrenta a otras realidades. Desde el privilegio de encontrar paisajes sorprendentes hasta probar platillos nuevos y convivir con culturas distintas a la nuestra, viajar es experimentar y descubrir la vida de otros. A pesar de ser algo verdaderamente enriquecedor, muchos viajeros pierden la oportunidad de aprovechar al máximo esa diversidad natural y cultural por no despegarse del mundo digital en el que suelen estar inmersos. Si abandonar las redes sociales y desactivar tu conexión de Wi-Fi por unos días requiere de más que un acto de fuerza de voluntad, viaja a destinos que tomarán la decisión por ti.
Ktima Goumenos, Grecia
Esta villa ubicada en el golfo de Mesenia ofrece magníficas vistas al mar Jónico. El sitio es ideal para unas vacaciones relajantes, pero también acoge a los amantes de las actividades náuticas, sobre todo en la playa de Perouli. Una caminata de 2 kilómetros desde Ktima permite visitar otra villa, Charokoipio, famosa por su producción de jarrones de barro conocidos como tzares.
Grand Canyon Village, EUA
Los tours en helicóptero al Gran Cañón que salen de Las Vegas y Phoenix son muy populares. Desde las alturas, los imponentes paisajes rocosos dejan sin aliento a todos los visitantes. No obstante, Grand Canyon Village es un pequeño distrito histórico que nació alrededor de 1900 como zona de descanso para los pasajeros del Ferrocarril del Gran Cañón. La mayoría de sus inmuebles construidos en madera son, además de hoteles, sitios de interés para el turismo. Uno de los más famosos es Kolb Studio, creado por dos hermanos fotógrafos e incluido en el Registro Nacional de Sitios Históricos. Además de éste, vale la pena visitar Hopi House, declarada Sitio Histórico Nacional y diseñada por Mary E. J. Colter, una de las primeras mujeres arquitectas de renombre. A su vez, ella fue de las primeras en apreciar e incluir en sus construcciones la belleza de la artesanía y el diseño nativo americano.
Parque Nacional Yoho, Canadá
Las cabañas en las que encuentran hospedaje los fanáticos de los paisajes lacustres de las Rocosas Canadienses están a menos de 3 horas del aeropuerto de Calgary. Yoho no sólo es una oportunidad para desconectarse de internet, sino también de la televisión. A cambio, ofrece la oportunidad de tomar el té en terrazas elevadas frente a paisajes arbolados, leer junto a una chimenea acogedora, practicar canotaje en los lagos Moraine y Emerald, hacer caminata o ciclismo de montaña y, si el viaje se realiza en invierno, hacer caminata y esquiar. Con esos deleites, ¿quién puede acordarse de la tecnología?
San Agustinillo, México
Al hablar de destinos de playa en Oaxaca es común pensar en Mazunte y Zipolite, pero para conseguir una desconexión total hay que viajar al pueblo pesquero de San Agustinillo, ubicado a 40 minutos del Aeropuerto Internacional de Bahías de Huatulco. En este pueblo no hay ruidosas fiestas nocturnas en bares ni vehículos motorizados como cuatrimotos. En sus tres bahías pequeñas lo común es practicar surf y buceo, además de participar en programas de protección de la tortuga marina. Es un destino donde reinan la paz y la naturaleza.
Himalaya, Bután
Alguien que desee encontrarse a sí mismo debe aislarse del mundo y resguardarse en un sitio que esté en contacto con el mundo de la espiritualidad. Uno de los destinos vacacionales más recomendados para hacerlo es Bután, un país ubicado en la cordillera del Himalaya, entre China e India. Hasta 1974 Bután permaneció aislado del mundo y la tecnología hasta el punto en que, todavía en 1999, el internet no era legal ahí. Aunque esto ha cambiado, en la actualidad aún hay resorts de lujo en los que no hay servicio de Wi-Fi. Ello con la intención de que los viajeros disfruten de caminatas en las cumbres del Himalaya, practiquen arquería o rafting, se consientan con tratamientos de spa basados en el sistema curativo de ayurveda o mediten en el Taktshang, un monasterio budista construido junto a un acantilado.
Ciertamente, la tecnología hace que la vida diaria sea más sencilla, pero a veces hay que alejarse de lo mundano para encontrar un bienestar superior en el que podamos dar cariño y atención a nuestro yo más profundo.