Ante lo que vive el mundo en las últimas semanas nadie quiere quedarse de brazos cruzados, o al menos nadie debería hacerlo. La vida se transformó y esta es una gran oportunidad para dejar muchas acciones atrás; es tiempo de hacer borrón y cuenta nueva. Dale la vuelta a lo negativo y transforma tu vida y tu cuerpo. Es bien sabido que un cuerpo sano tiene más defensas ante agentes externos, porque el coronavirus no es su único enemigo, no lo olvides.

Además de las recomendaciones higiénicas y de distanciamiento físico, hay otras maneras de proteger tu cuerpo de la COVID-19. Desde el frente personal y laboral, hay algunos hábitos que pueden ayudar a reforzar el sistema inmunológico, lo que resulta en un organismo mejor preparado ante cualquier enfermedad.

El doctor Víctor Huggo Córdova, secretario general del Consejo Mexicano de Medicina Interna, explica que "aunque cada población en cada país tiene particularidades genéticas que la hacen responder de manera diferente a un padecimiento, sabemos que nuestro sistema inmunológico será el responsable en gran parte de la respuesta ante un agente invasor en el organismo".

El especialista advierte que si duermes mal, tienes una alimentación deficiente, no realizas actividad física mínima o tienes emociones y estrés desbordados tu salud puede resentirlo. Por ejemplo, se sabe que en una cuarentena hay efectos colaterales: la población tiende a subir de 5 a 10 kilogramos de peso y aumenta el número de embarazos, así como la ansiedad y la depresión. Los siguientes son los hábitos que debes cuidar y seguir al pie de la letra para evitar daños a tu salud, lo cual además es una oportunidad de integrarlos a tu vida para siempre.

Alimentación

Es fundamental cuidar lo que comes: los especialistas recomiendan consumir más proteínas (cacahuate, leche, pollo, avena, huevos), reducir la ingesta de hidratos de carbono (refresco, harinas, frituras, pastas) y tomar suficiente agua.

Aumenta la ingesta de alimentos como frijoles y chícharos, que son fuente de hierro y zinc, minerales que refuerzan el sistema inmunológico por su contenido de vitamina B6 porque ayudan a generar glóbulos blancos contra las infecciones. Para obtener vitamina D consume pescado, pues es un aliado contra bacterias y virus. Comer diariamente de dos a cuatro frutas o verduras ricas en vitamina C también es recomendable. De igual forma, el estado de la tu microbiota intestinal será fundamental, misma que puedes fortalecer con el uso de suplementos con probióticos.

Actividad física

Desde la Organización Mundial de la Salud recomiendan 30 minutos diarios de ejercicio, pero dependerá de la edad. Las alternativas son muchas: subir o bajar escaleras, seguir tutoriales de ejercicio (con su calentamiento previo) o simplemente caminar a buen ritmo. Si el ejercicio de rutinas no es lo tuyo, piensa en un pasatiempo que disfrutes y te active; puede ser la jardinería, el baile, reordenar la casa, etcétera. También busca actividades que mantengan tu mente ocupada, como la lectura o los juegos de destreza para olvidarse del temor, ya que éste también inmunodeprime y baja en las defensas.

Descanso

Durante el sueño el cuerpo trabaja: se reparan células, se eliminan toxinas, se refuerza la memoria. Dormir poco o nada tiene consecuencias de largo plazo para la salud y un impacto negativo en el bienestar psicológico. Su falta hace al cuerpo susceptible a enfermedades crónicas como diabetes y  obesidad. Aunque sea muy atractivo un maratón de series o pasar horas en el celular, es clave acostarse y levantarse a horas establecidas para habituar al cuerpo y enseñarlo a descansar bien. Un poco de relajación previa ayudará.

Recuerda que es importante tener un espacio adecuado para un buen ciclo de sueño. Debes sacar de la habitación televisión y aparatos que emitan luz, tener la temperatura adecuada, apagar el teléfono y cuidar las horas en que te acuestas y te levantas. La rutina es importante, por lo que aunque sea tentador seguir entre las sábanas, debes pararte todos los días a la misma hora.