El cubrebocas se ha convertido en un artículo básico durante la pandemia, ya que ayuda a reducir el riesgo de contagio al combinarse con las medidas de higiene y distanciamiento social. Sin embargo, para que realmente sea efectivo debe tener ciertas características como un buen ajuste y, sobre todo, usarse de forma correcta.
El uso de este aditamento ha traído algunas incomodidades, como el hecho de que a algunas personas les dificulta la respiración, en especial a aquellas que sufren de alergias, rinitis o sinusitis, y por otro lado, da la sensación de afectar la comunicación no verbal al mantener cubierta la mayor parte del rostro.
Esto podría cambiar con la llegada de un novedoso cubrebocas diseñado por cinco estudiantes de las carreras de Ingeniería Industrial, Ingeniería Mecánica y Diseño del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), cuyas principales cualidades son:
El equipo de estudiantes que trabajan en este proyecto es liderado por Miguel Huerta Gutiérrez, profesor del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano (DHDU) del ITESO.
"Se trata de un producto de bajo costo que se puede fabricar en México. Desde el ITESO es algo que podemos mejorar a nivel de diseño y algo que podemos fabricar a nivel de ingenierías", mencionó el profesor, y añadió que también se consideran opciones para hacer más sustentables los procesos y materiales para la creación del cubrebocas.
Además de que se busca que este cubrebocas sea capaz de filtrar hasta el 97% de las partículas aéreas para disminuir al máximo el contagio, se trata también de un accesorio incluyente, pues el material utilizado es transparente, lo cual permite que se pueda ver la boca del usuario y facilita que las personas con discapacidad auditiva puedan leer los labios.
Por otro lado, el equipo también consideró que el diseño del cubrebocas fuera apto para evitar el contacto con la cara al momento de colocarlo o retirarlo, que es otra medida recomendada por la Organización Mundial de la Salud en el contexto de la pandemia por covid-19. En este cubrebocas, el filtro sólo se puede colocar de una manera, por lo que se garantiza que el uso siempre será el correcto.
Pero el proyecto no acaba con el cubrebocas, pues el equipo de estudiantes también trabaja en el desarrollo de una caja de desinfección con rayos UV con la cual se podrían desinfectar los cubrebocas transparentes, con la finalidad de alargar la vida útil de los mismos y garantizar la seguridad de quien los use, lo cual está pensado principalmente para los entornos hospitalarios.
"La idea es desarrollar una caja que tenga la capacidad para desinfectar seis cubrebocas en menos de 1 minuto, para así reducir abismalmente el desperdicio", dijo Huerta.
Para los estudiantes este proyecto significó una exhaustiva investigación y revisión de temas como análisis de riesgos, materiales y creación del concepto. "Esta es la importancia de la multidisciplina en los proyectos", señaló el profesor. Además, "los alumnos pueden ver que su conocimiento aplicado puede generar grandes cosas. Ven que como profesionales tienen la capacidad y la responsabilidad de hacer un cambio en su país".