Las mascarillas o cubrebocas ayudan a reducir la propagación de covid-19 porque proporcionan una barrera para atrapar las gotitas respiratorias que se liberan cuando las personas tosen, estornudan o hablan.
Estas gotitas son las que transportan el virus de persona a persona, según el doctor Steve Pergam, director médico de Prevención de Infecciones de Seattle Cancer Care Alliance. Si una persona cercana inhala las gotas o si caen dentro de su boca o nariz, puede contraer una infección por el virus.
Y también ocurre que si una persona toca un cubrebocas o mascarilla contaminada y luego se toca la boca o la nariz, también podría contraer una infección. Por esta razón, es importante que las máscaras estén limpias y desinfectadas, así que a continuación encontrarás la mejor forma de hacerlo.
Debra Goff, especialista en enfermedades infecciosas y profesora de Práctica Farmacéutica en el Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio, dice que las mascarillas de tela, pañuelos y bufandas para el cuello, son tipos de mascarillas que se pueden limpiar y reutilizar.
Para lavar a máquina tu cubrebocas o mascarilla, primero lávate las manos. Luego quítate la máscara y ten cuidado de no tocarte los ojos, la nariz o la boca. Echa la mascarilla directamente en la lavadora y lávate las manos inmediatamente después.
Ella además recomienda usar un detergente para ropa habitual junto con cloro y el agua más caliente que puedas usar en ese tipo de tela. Una vez lavada la mascarilla, puedes colocarla directo a los rayos del sol para que se seque.
Si lavas a mano el cubrebocas o mascarilla, el proceso es el mismo, debes lavarte muy bien las manos, retirarlo y con jabón y agua tallarlo por más de 20 segundos (como con las manos).
Para desinfectar, debes sumergir el cubrebocas en una solución de cloro que contenga 4 cucharaditas de cloro de uso doméstico por cada litro de agua durante 5 minutos. Enjuaga bien con agua y déjalo al aire libre para que se seque. Goff dice que es mejor limpiar las mascarillas de tela después de cada uso.
Kaiming Ye, profesor y presidente del Departamento de Ingeniería Biomédica y director del Centro de Biofabricación para Medicina Regenerativa de la Universidad de Binghamton, Universidad Estatal de Nueva York, dice que ciertos tipos de máscaras, como las N95 y las máscaras quirúrgicas, están diseñadas para uso individual.
Para la persona promedio, esto significa que las máscaras deben desecharse en la basura después de usarlas. Sin embargo, Ye dice que pueden reutilizarse en entornos profesionales si se desinfectan adecuadamente. Por ejemplo, explica que las máscaras N95 se pueden desinfectar mediante irradiación germicida o peróxido de hidrógeno en fase de vapor. Aunque también señala que no se han realizado pruebas de desinfección o reutilización de mascarillas quirúrgicas, ya que la demanda es baja.
En los casos en que no puedas reemplazar la mascarilla entre cada uso, Goff sugiere que la inspecciones cuando te la quites. Si el cubrebocas está sucio, roto o saturado de humedad, debes desecharlo. Si parece estar limpio e intacto, su recomendación es guardarlo en una bolsa de papel limpia u otro recipiente transpirable entre usos. Aunque idealmente, no debe reutilizarse.
Goff dice que los protectores faciales pertenecen a su propia categoría. Dado que están abiertos en el costado, no brindan protección contra estornudos que puedan ocurrir detras de ti, pero sí brindan protección para los ojos. Lo recomendable es siempre usar un cubrebocas junto al protector facial para tener una mayor protección.
Para limpiar un protector facial, primero limpia el interior con un paño limpio saturado con una solución de detergente neutro o una toallita limpiadora. Luego limpia el exterior con una toallita desinfectante o un paño limpio saturado con una solución desinfectante. Después pasa una toallita con alcohol para eliminar residuos que puedan quedar y deja que el protector se seque al aire libre.
Finalmente, lávate las manos cuando hayas terminado.
Con información de Healthline
Foto de portada: Vera Danidova / Unsplash