Este ha sido uno de los años más complicados para muchísimas personas. Mientras la pandemia continúa fuera de control en gran parte del mundo, innumerables vidas se han perdido, al igual que muchos empleos; los problemas económicos se agravan, los padecimientos emocionales y mentales se multiplican, mientras la incertidumbre y el miedo se roban la tranquilidad y la paz de las personas.

Sin duda, ante este escenario y con tantas cosas negativas que han ocurrido en él, 2020 es un año que la mayoría preferiría enterrar y nunca recordar. Sin embargo, aun en medio de todo este caos es posible y, sobre todo, muy necesario, encontrar motivos para agradecer.

Sí, por difícil que parezca, es posible hallar cosas positivas entre tanta calamidad y además, agradecer por ello es algo que beneficia de múltiples formas tu salud mental, emocional, espiritual y física.

¿Qué agradecer cuando todo parece ir mal?

Si te preguntas qué puedes agradecer cuando las cosas parecen ir de mal en peor y cuando la luz al final del túnel se ve todavía muy lejana, pues, algo tan grande y a la vez tan simple que se le suele dar por hecho: agradece por estar vivo y saludable. Al estar en medio de una pandemia de tales dimensiones, tener vida y salud es algo digno para sentir gratitud.

Si eres de los afortunados que han conservado su empleo, si tu salario no se vio reducido, o si a pesar de percibir menos ingresos no les ha faltado nada ni a ti ni a tu familia, esos son igualmente grandes motivos para agradecer.

Si entre tus seres queridos no ha habido pérdidas, si las personas que te importan están bien y con salud, agradece también por ello. Y si has perdido a algún ser querido, puedes dar gracias por su vida, por su legado, por lo que compartieron juntos, por los buenos recuerdos y las experiencias que te dejaron. 

A veces, todas esas cosas se dan por sentado y, aunque suene a cliché, no se les valora sino hasta que se les pierde. Así que procura ser más consciente de todo lo bueno que hay en tu vida y en tu camino a pesar de todo lo malo que hay alrededor, aprende a reconocerlo, valorarlo y agradece por ello.

Para muchas personas, la crisis sanitaria ha sido también una oportunidad para mirar hacia adentro, para conocerse mejor y empezar a dar valor a lo que realmente lo tiene, como son los lazos y el cariño de las personas que forman parte del círculo cercano. En muchos casos, esa oportunidad de introspección ha dado pie a un mayor crecimiento personal.

La clave está en buscar a tu alrededor todo aquello que te hace sentir bien, que te da esa sensación de calorcito en el alma y el corazón, que te saca una sonrisa, te reconforta y te da esperanza en estos momentos tan complicados.

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Beneficios de la gratitud

De acuerdo con diversas investigaciones, la gratitud ayuda a que las personas sean más felices y saludables, ya que al mantener una actitud de agradecimiento los niveles de estrés y depresión se reducen, mientras que la respiración y el ritmo cardiaco se regularizan y equilibran.

Además, las personas que practican la gratitud como un hábito son capaces de lidiar de mejor manera con la adversidad, duermen mejor, en general se sienten más satisfechas con la vida, e incluso sus parejas tienden a estar más contentas con sus relaciones.

Esto se debe a que, cuando quitas tu atención de lo negativo y la diriges hacia las cosas buenas que tienes y a lo que disfrutas en la vida, te sientes más contento, con más motivos por los que vivir, con más ganas y energía de hacer cosas, y todo esto se refleja en que te cuidas mejor a ti mismo y cuidas más también a los demás. 

El filósofo griego Aristóteles decía que las personas terminan por convertirse en aquello que habitualmente hacen y a lo que más dedican su atención y tiempo; entonces, si sólo vives enfocado en lo negativo, si constantemente te quejas y lamentas, eso es lo que más vas a atraer a tu vida. Por el contrario, si en lugar de quejarte agradeces por lo bueno que hay en ti y en tu vida, a pesar de las dificultades y carencias, y si en vez de lamentarte pones manos a la obra para ser y estar mejor, tu vida dará un giro hacia una mayor felicidad y satisfacción. 

Aprende a apreciar, disfrutar y agradecer las cosas significativas, buenas y positivas que te rodean; aprende a distinguir y resaltar todo aquello que consideras valioso.

¿Cómo ser más agradecido?

Para hacer de la gratitud un hábito, puedes empezar por dedicar unos minutos cada día para escribir las cosas, momentos, situaciones, personas o vivencias que te hicieron sentir bien durante esa jornada; o bien, puedes escribir algo más general, como la gratitud por estar vivo, por tener salud, por conservar tu empleo, por tener a tu familia completa y unida, etcétera.

Además, todo eso que vas a escribir diariamente te va a ayudar a mantener el optimismo en los momentos difíciles y a recuperar la alegría y la paz cuando te sientas triste o abrumado; así que puedes escribir lo que agradeces por las noches y leer esas palabras de gratitud por las mañanas para comenzar el día con más energía o en el momento que lo sientas necesario para recordar que, a pesar de todo, siempre hay algo bueno por lo cual agradecer. 

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Por supuesto, todo esto no quiere decir que debas caer en la positividad tóxica y vivir siempre con una sonrisa aunque tu mundo se desmorone, sino que seas capaz de ver lo bueno que tienes y agradezcas por ello, a pesar de todo. En lugar de ignorar tus heridas y problemas, dedícate a curarlos y solucionarlos, así como aprovecharlos para crecer al descubrir lo que te tienen que enseñar.

Es cierto que hay muchas cosas mal en el mundo, pero en la mayoría de los casos no está en tus manos solucionarlas ni cambiarlas, así que mejor enfócate en poner de tu parte para cambiarte a ti y tu vida para contribuir a ese gran cambio que se necesita. 

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