Desde el inicio de la cuarentena, los expertos advirtieron que el aislamiento prolongado que demanda la pandemia puede generar angustia, ansiedad y un aumento del consumo de alimentos no saludables. Todos estos factores forman una combinación peligrosa que conduce a otra pandemia: la de la obesidad.
Hasta el día de hoy el virus SARS-CoV-2, que produce la enfermedad covid-19, ha infectado a más de 7.8 millones personas y se contabilizan más de 430 mil muertes en todo el mundo por esta causa.
La Organización Mundial de la Salud ha señalado que los pacientes con mayor riesgo de enfermedad grave son aquellos que presentan obesidad, diabetes mellitus, hipertensión arterial y enfermedades cardiopulmonares.
El 74.5% de los pacientes en cuidados intensivos debido a complicaciones tiene sobrepeso u obesidad. El gobierno del Reino Unido reportó que el 63% de los pacientes con covid-19 que fueron admitidos en unidades de terapia intensiva tenían un índice de masa corporal superior a 35 kg/m2sc (obesidad grado II).
Al respecto, el doctor Fernando Pérez Galaz, miembro titular del Colegio Mexicano de Cirugía para la Obesidad y Enfermedades Metabólicas y Director de la Clínica Integral Balianz, explica que el virus que ocasiona la enfermedad covid-19 entra al organismo al adherirse a la enzima convertidora de angiotensina, principalmente ubicada en pulmones, riñones y vasos sanguíneos. Esta enzima se encuentra incrementada en pacientes con diabetes, lo que facilita la entrada e infección en ellos del nuevo coronavirus.
“El paciente con obesidad tiene un estado proinflamatorio persistente. Diversas proteínas inflamatorias se encuentran elevadas permanentemente y aumentan a medida que aumenta la adiposidad en el organismo. Esta es la razón por la cual los pacientes con obesidad tienen un mayor riesgo de tener una enfermedad grave al contagiarse por SARS-CoV-2”, comenta Pérez Galaz.
Hasta el día de hoy, en México, el 39% de los pacientes que han fallecido padecían obesidad, 46% hipertensión y 40% diabetes mellitus. Estas enfermedades crónicas son lo que ha colocado al país como uno de los que presentan una mayor mortalidad de pacientes menores de 65 años.
En México, el 75% de la población tiene sobrepeso (39.1%) y obesidad (36.1%); 40% de las mujeres y 30% de los hombres en este país tienen un índice de masa corporal mayor a 30 kg/m2sc. Además de estas cifras, se debe considerar a los 8.6 millones de personas que padecen diabetes mellitus y a los 15.2 millones de mexicanos que sufren de hipertensión arterial.
En la pandemia de covid-19 no se cuenta con una vacuna, por lo cual la mejor estrategia es la prevención, y para esto, se deben tener en cuenta varios factores que influyen en el sistema inmunitario, incluida la nutrición. Mantener una alimentación balanceada, equilibrada y variada, mantenerse activo, evitar el sedentarismo y tener un buen descanso es fundamental para mantener en alto las defensas.
Por todo esto, el doctor Pérez Galaz recomienda considerar tres aspectos fundamentales para lograr sobrellevar exitosamente este período, de cara a la nueva normalidad: la alimentación, la actividad física y el manejo de las emociones.
En una situación de contingencia como la actual, las opciones se reducen, aumenta el estrés, acecha la rutina y se está siempre cerca de los alimentos al estar más tiempo en casa. Si bien el ideal es que cada persona lo consulte con un experto en obesidad, en líneas generales, se recomienda:
Entre otros consejos, los especialistas recomiendan interrumpir cada 30 minutos las conductas que impliquen sedentarismo, al ponerse de pie y moverse al menos 2 minutos; así es posible empezar lenta y gradualmente con el movimiento, desde pocos minutos por semana hasta alcanzar el recomendado de 30 a 60 minutos por día; y también, por qué no, buscar un curso online de baile, yoga u otra actividad que sea divertida, que se disfrute y requiera mover el cuerpo.
En el aislamiento, cuantas más horas se pasa sentado, recostado o acostado para realizar actividades de distracción (juegos, mirar televisión, usar dispositivos móviles), menos ejercicio se hace y, por lo tanto, más se deteriora el estado físico, lo cual conduce a un mayor riesgo y posible empeoramiento de las condiciones de salud crónicas.
Realizar actividad física regularmente en estos momentos es muy bueno porque levanta el ánimo, reduce el estrés y la ansiedad, fortalece la autoestima y ayuda a ser más productivo. “La actividad física es natural, es algo simple y contribuye a mejorar la calidad de vida en esta difícil situación”, sostiene Pérez Galaz.
Otro aspecto para contemplar es el manejo de las emociones: pueden tenerse pocas ganas de hacer cosas o pueden proliferar los pensamientos negativos. “Nuestra actitud puede generar peleas o conflictos con quienes comparten el aislamiento y, peor aún, en los casos en los que se aprendió a buscar el equilibrio emocional con comida, puede ser que lleve a elegir mal la cantidad y calidad de los alimentos”, explica el especialista.
“Para lograr el manejo de nuestras emociones y motivarnos, se recomienda pensar en positivo, meditar, dejar fluir las emociones y utilizar la tecnología disponible para comunicarnos con amigos y familiares”, agregó Pérez Galaz.
"Por lo que está sucediendo, créeme que muchas personas tomarán conciencia en la manera de cómo prevenir estas enfermedades o, si ya las tienen, empezarán a tomar decisiones serias para su salud. Pero lo que esperamos es salir de todo esto", concluye el médico.
Con información proporcionada por: Dr. Fernando Pérez Galaz, miembro titular del Colegio Mexicano de Cirugía para la Obesidad y Enfermedades Metabólicas y Director de la Clínica integral Balianz.