La Covid-19 es una enfermedad que no termina cuando tu prueba sale negativa ni cuando dejas de presentar síntomas, pues el impacto del virus en el organismo permanece tiempo después; pueden ser semanas, meses o años, puesto que es un padecimiento que se continúa estudiando para saber más de las secuelas que deja a corto y largo plazo.

Recientemente se dio a conocer que las personas que se han contagiado de Covid-19 pueden tener un mayor riesgo de padecer problemas neurológicos y psiquiátricos, hasta dos años después de la infección, de acuerdo con un nuevo estudio, publicado en la revista The Lancet Psychiatry y realizado por investigadores de la Universidad de Oxford, en Inglaterra. 

Para realizar el estudio, los investigadores analizaron, durante dos años, la información clínica de 1.28 millones de personas con Covid-19, la mayoría de ellas provenientes de Estados Unidos y de otros países como España, Australia, Bulgaria y Malasia. Los datos de estos pacientes se compararon con los de otro grupo conformado por la misma cantidad de personas, pero que habían tenido otras infecciones respiratorias. 

De acuerdo con los resultados del estudio, existe un riesgo elevado de desarrollar enfermedades mentales como psicosis, demencia, niebla mental y convulsiones, especialmente durante dos años posteriores al contagio de coronavirus. También existe un mayor riesgo de ansiedad y depresión, pero éste disminuye o desaparece dentro de los dos meses posteriores al contagio. 

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Por otro lado, los niños tienen una mayor propensión a presentar afecciones como convulsiones y trastornos psicóticos, aunque su probabilidad de incidencia es menor que en los adultos.

Un dato interesante es que la variante con la que las personas se hayan contagiado influye en el nivel de riesgo para padecer enfermedades mentales y en el tipo de padecimiento que se podría presentar. Por ejemplo, la variante delta se relaciona con más trastornos que la variante alfa, mientras que la ómicron se vincula con riesgos neurológicos y psiquiátricos similares a los de delta.

Ésta ha sido la primera investigación a gran escala que analiza el riesgo de enfermedades mentales como secuela de la covid-19, que además evalúa cómo cambian los riesgos según las variantes del virus que sean responsables del contagio.

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Paul Harrison, profesor de la Universidad de Oxford y autor principal del estudio, explicó que los riesgos detectados respecto a las enfermedades mentales no son dramáticos y difieren sustancialmente según los grupos de edad, además de que no se trata de un riesgo 10 o 100 veces superior. 

“Creo que la peor relación de probabilidades es de dos o tres: algunas cosas van a ser dos o tres veces más comunes después de hacer frente al Covid que a otras infecciones respiratorias. Pero aquellas cosas que son relativamente más comunes también tienden a ser cosas raras”, explicó el investigador.

Los investigadores también han aclarado que los resultados de su estudio no significan que vaya a surgir “un tsunami” de enfermedades mentales, además de que es posible que el incremento de trastornos psiquiátricos no sean crónicos, sino episodios puntuales ocurridos en momentos concretos. Pero alertan que tampoco se debe descuidar el potencial incremento de diagnósticos. 

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Los científicos admiten que una de las limitaciones de su estudio es que desconocen la gravedad o el curso de cada trastorno mental después del diagnóstico, o si los padecimientos son similares o no después de tener Covid respecto a padecer otras enfermedades respiratorias. En todo caso, consideran que los resultados del estudio brindan información útil para la salud pública y sirven como guía tanto a los pacientes como a los profesionales de la salud para que se mantengan atentos a las eventuales “secuelas tardías” de la Covid-19. 

"Los resultados tienen implicaciones importantes para los pacientes y los servicios de salud, ya que sugieren que es probable que ocurran nuevos casos de afecciones neurológicas relacionadas con la infección por covid-19 durante un tiempo considerable después de que la pandemia haya disminuido", agregó Harrison.

"Nuestro trabajo también destaca la necesidad de más investigación para comprender por qué sucede esto después de la covid-19 y qué se puede hacer para prevenir o tratar estas afecciones", concluyó el especialista.

Es claro que todavía hay mucho por aprender acerca de la Covid-19, sus secuelas y el impacto que tiene en el organismo a corto, mediano y largo plazo, para saber cuáles son sus secuelas más importantes, por qué se dan, a quiénes afectan en mayor medida y en qué grado afectan.