Durante varias décadas la situación de salud fue diferente a la actual, en gran parte porque la alimentación cambió con el ritmo de vida que cada vez es más acelerado.
Con la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT, 2016), elaborada por la Secretaría de Salud (SSA), se reveló información importante acerca del consumo de alimentos en la población mexicana. Los resultados obtenidos muestran que menos del 50% de los encuestados consumió verduras diariamente; y que alrededor del 20% de la ciudadanía no acostumbra beber agua natural en cada comida.
En promedio, los mexicanos consumen tres porciones de frutas y verduras a la semana, en lugar de las cinco porciones recomendadas al día por la SSA y las guías dietéticas internacionales.
Las cifras no son alentadoras, pues crecieron los excesos y deficiencias en la dieta del mexicano; por ello es necesario modificar los hábitos. Cada vez son más las personas que buscan mejorar sus condiciones de salud. La nutrióloga Marien Garza, miembro del Consejo Consultor de Nutriólogos de Herbalife Nutrition comparte algunas recomendaciones para lograr cambios positivos en tu dieta diaria y la de toda tu familia.
El desayuno permite iniciar el día con energía y una buena carga de nutrimentos para el cuerpo. Un desayuno equilibrado debe combinar carbohidratos y proteínas de buena calidad. Los carbohidratos le dan energía al cuerpo y, sobre todo, al cerebro; mientras que la proteína ayuda a sentirte satisfecho hasta el siguiente tiempo de comida.
Involucrar a los niños en tareas relacionadas con el consumo de alimentos propiciará que tengan una mayor adherencia a adoptar hábitos saludables. Los niños pueden apoyar en tareas sencillas como la preparación de ensaladas, la compra de frutas y verduras o la realización de recetas caseras. En un estudio publicado por la Universidad de Cambridge se demostró que aquellos niños que ayudan a cocinar en su casa tienen más probabilidad de aceptación a comer opciones que incluyan alimentos saludables, tales como las frutas y las verduras.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la nutrición se define como "un fenómeno biológico, psicológico y social". La convivencia durante la comida dota de armonía y felicidad a la familia, y hace de este un momento de relajación. La familia debe tomarse el tiempo para comer y masticar lentamente, ya que esto ayuda a procesar los alimentos y, con ello, mejorar la digestión. La salud mental y física van de la mano de una dieta correcta.
La alimentación consciente es una práctica que contempla las emociones y la toma de decisiones del ser humano al momento de nutrirse. Una gran manera de involucrar a la familia en buenas prácticas de alimentación es aplicar principios armónicos, es decir, que tus pensamientos, emociones y acciones estén en el mismo momento y en el mismo lugar cuando comes.
Aunque todos los miembros de una familia consuman el mismo alimento o platillo, la cantidad de consumo de los niños y los papás debe de ser diferente y de acuerdo a la edad, nivel de actividad física y estado nutricional de cada miembro.
El agua es el líquido vital para el ser humano. Hay que incluir en la dieta familiar bebidas nutritivas como tés o licuados con nutrimentos y bajos en calorías. Evitar los malos hábitos de consumo excesivo de refrescos, bebidas azucaradas o bebidas alcohólicas, mejorará la salud de cualquier persona.