Hace varios años aparecieron los edulcorantes para cambiar la vida de muchos. Un compañero ideal para empezar la dieta cuando lo más difícil de dejar es lo dulce, pues con esto el sacrificio es menor. Pero incluso hoy, hay preguntas comúnes no sólo entre consumidores, sino también entre especialistas en nutrición: ¿cuántas gotas? ¿cuántos sobrecitos? ¿cuál es la medida correcta y segura de edulcorantes que se pueden consumir diariamente?
Algunos profesionales todavía usan el índice de ingesta diaria admitida (IDA) recomendable como el valor máximo para consumir algunos alimentos y bebidas. Sin embargo, "esta tasa de seguridad se estableció de forma conservadora y, entre otros factores, toma en cuenta patrones alimenticios de gente vulnerable como menores de edad, embarazadas y adultos mayores”, explica Elaine Moreira, nutrióloga y miembro del consejo consultivo de la Asociación Brasileña de Asistencia a Personas con Diabetes (ANAD, por sus siglas en portugués).
Los edulcorantes son sustancias que en pequeñas cantidades brindan el mismo sabor del azúcar con pocas o cero calorías, señala Moreira. La especialista explica que antes de consumirlos, estos productos se someten a rigurosos análisis por parte de agencias reguladoras a nivel internacional, nacional y regional, incluido el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA), la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos y la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) en el caso particular de Brasil, responsables de la aprobación de los mismos.
Por esta razón, los estudios clínicos con edulcorantes son tan rigurosos como aquellos que la industria farmacéutica realiza para lanzar al mercado un nuevo medicamento. "Es necesario llevar a cabo estos estudios para saber si estas sustancias pueden causar daño a la salud o no. Las pruebas se realizan en animales en laboratorios, que reciben crecientes dosis de edulcorantes y son analizados en este ambiente por el resto de sus vidas". La especialista señala que por lo tanto, es un proceso largo y costoso, con estudios periódicos de farmacocinética, metabolismo y toxicidad, entre otros.
Es gracias a los resultados de estos estudios que se conoce la dosis segura de consumo o el nivel sin efecto adverso observable (NSEAO). Sin embargo, la experta de la ANAD comenta que esta aún no es la dosis correcta a liberar para consumo humano. Moreira explica:
Ya que las pruebas se realizaron en animales y en un laboratorio, se aplicó una fórmula que incrementa aún más el margen de seguridad para consumo humano, el cual consiste en dividir el valor del NSEAO obtenido entre 100. El índice de ingesta diaria admitida (IDA) aceptable es el resultado de esta división. Por lo tanto, se puede definir el IDA como la cantidad estimada de un químico, expresada en miligramos por kilogramo de peso, que puede consumirse diariamente durante la vida de una persona.
Según la Fundación de Salud Británica, el IDA es la cantidad estimada por kilogramo de peso corporal que una persona puede consumir en promedio cada día durante toda una vida, sin que ello implique un riesgo. Esto tiene un enorme margen de seguridad, lo que hace improbable que la dieta de cualquier individuo pueda alcanzar este nivel.
Por ejemplo, en el caso del aspartame, un adulto tendría que consumir 14 latas de una bebida sin azúcar todos los días para alcanzar el IDA, esto si se asume que el edulcorante se usó en la bebida al nivel máximo permitido. En la práctica, la mayoría de las bebidas utilizan aspartame en combinación con otros edulcorantes para que el nivel sea considerablemente más bajo.
Elaine Moreira asegura que los nutriólogos desempeñan un papel clave en el intercambio de información correcta con la sociedad para desmitificar a los edulcorantes que, además de su seguridad comprobada por estudios científicos, si se usan como sustitutos de azúcar brindan beneficios a la salud como pérdida de peso, control de sobrepeso, prevención y control de diabetes.