La principal razón por la que muchos expertos en nutrición no están a favor de las dietas bajas en carbohidratos es porque, al limitar tu consumo de este grupo de alimentos, reduces considerablemente una importante cantidad de vitaminas, minerales y otros nutrientes.

En una reciente investigación, realizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y publicada por The Lancet, se hizo una revisión de 185 estudios y 58 ensayos clínicos que analizaron la relación entre la calidad de los carbohidratos y la salud. La conclusión de esta investigación fue que la reducción en el consumo de carbohidratos puede tener implicaciones, especialmente porque te pierdes de algo esencial: la fibra. Ésta cumple importantes tareas en tu organismo, pues además de ayudar a la comida en su paso por el sistema digestivo, la fibra promueve bacterias intestinales saludables y estimula tu metabolismo.

En la revisión se encontró que quienes consumen mayor cantidad de fibra son entre 15 y 30% menos propensos a sufrir un accidente cerebrovascular, una enfermedad cardiaca, diabetes y cáncer colorrectal que aquellos cuyo consumo de fibra es menor. También se descubrió que con un consumo adecuado de fibra la presión arterial, el colesterol y el peso corporal pueden mantenerse en números adecuados al comer entre 25 y 29 gramos al día.

De manera paralela, cuando se trata de granos enteros, éstos aportan la fibra que no tienen los granos refinados, y con ello se reduce el riesgo de padecer ciertas enfermedades.

La investigación mencionada también cuestionó la eficacia del uso del índice glucémico como un indicador de salud, y se descubrió que en realidad es un determinante débil para poder clasificar a un carbohidrato como malo o bueno. Se creía que comer carbohidratos de índice glucémico bajo tenía un efecto favorable en la sangre, pero ahora esto ha sido puesto en cuestión.

No obstante, lo anterior no es suficiente para que huyas de las dietas. Aun si nunca has hecho una donde la recomendación sea consumir menos carbohidratos, es probable que no consumas la fibra que requieres. La buena noticia es que la fibra no es difícil de encontrar. Agrega a tus comidas más frutas, verduras, granos enteros, nueces y legumbres para aumentar la ingesta de fibra. Esto es mejor que tomar fibra en polvo, porque así no pierdes todos los demás nutrientes que aporta la comida.

Con información de Shape