En el marco del Día Mundial de la Salud Digestiva, el Dr. Raúl Bernal Reyes ofreció una conferencia en el Auditorio del INCMNSZ en torno a la relación entre alimentación e hígado graso.
Se conoce como hígado graso a una enfermedad del hígado que se caracteriza por la acumulación de ácidos grasos y de triglicéridos en las células hepáticas. Algunos de sus síntomas son dolor en la parte superior derecha del abdomen, malestar general, fatiga crónica y sensación de pesadez, en especial después de comer.
De acuerdo con las afirmaciones del Dr. Raúl Bernal Reyes, la población de origen latino tiene mayor predisposición al hígado graso y, de hecho, los mexicanos somos los más propensos dentro de este listado. En el país se ven afectadas por este padecimiento cerca de 20 millones de personas.
Ante este impresionante dato, cabe preguntarse los motivos por los cuales el hígado graso se ha extendido tanto en la población mexicana. ¿La respuesta? Nuestro estilo de vida. Con el paso del tiempo, afirma el doctor originario de Pachuca, somos cada vez más sedentarios, utilizamos vehículos automotores para transportarnos la mayoría del tiempo y hemos modificado nuestra dieta de origen prehispánico –con base en ingredientes saludables– por una tendencia “occidental” o de “consumo de comida chatarra”. El dejar de comer como lo hacíamos antes es, sin duda, un importante factor en el desarrollo y la expansión de la obesidad y del hígado graso.
El Dr. Bernal Reyes atribuye al exceso de carnes rojas, de colesterol, de grasas saturadas y de fructuosa de la “dieta occidental” la persistencia de hígado graso en México. También menciona que las porciones tan grandes, que se multiplican por cinco pesos más de mediano a grande, así como los refrescos procesados, el consumo de comida chatarra y la comida rápida, son causas que fomentan la acumulación de grasa en el cuerpo.
Resulta evidente la relación entre hábitos de alimentación y obesidad e hígado graso. Pues estos factores fomentan directamente el depósito de grasa al interior del hepatocito. Por eso, la obesidad se convierte en el componente más común del hígado graso, en donde la alimentación y el estilo de vida tienen todo que ver. En relación con el tema de la salud, el problema de la obesidad va mucho más allá de una cuestión estética, que es subjetiva, o de un canon de belleza. La obesidad genera problemas de salud como cirrosis y diabetes, entre otros, por lo que es recomendable evitarla.
Por último, la relación entre la alimentación y el hígado graso también tiene un fuerte vínculo con enfermedades como resistencia a la insulina e hipertensión. La mayoría de los pacientes con hígado graso suele coincidir con el resto de estas enfermedades. Es importante prestar atención a nuestros hábitos alimenticios y llevar una dieta saludable para poder reducir la frecuencia de esta patología en México.