La ansiedad es un padecimiento común en la actualidad. Y si bien su ocurrencia puede ser algo relacionado con el estrés diario, la vida caótica y las mil y un cosas que hacer, también tiene mucho que ver la alimentación. Muchos expertos han hablado de cómo tener una dieta baja en azúcares, carbohidratos simples (pan, galletas, pastas y básicamente todo lo que tiene harina de trigo) y leche, puede ser la respuesta ante los altos índices de ansiedad y depresión.
El problema con el azúcar, dice la educadora de salud hormonal Candace Burch, es que causa picos y descensos en el nivel de azúcar en la sangre, lo que afecta directamente el estado de ánimo.
A tu cuerpo obviamente no le gusta estar estresado o ansioso. La gente combate eso de varias maneras, y una de ellas es la búsqueda de alimentos azucarados. "Los alimentos altos en azúcar desencadenan la liberación de serotonina, que es una buena hormona para sentirse bien", dice Brigitte Zeitlin, reconocida nutricionista de Nueva York. Básicamente estás entrenado para consumir azúcar cuando te sientes estresado, pero al final esto hará que te sientas mucho peor y necesites más azúcar y se convierta en un círculo vicioso.
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Sin embargo, cuando tu cuerpo está estresado o ansioso, también tienes niveles más altos de cortisol (la hormona del estrés). Zeitlin dice que cuando esto sucede, tu cuerpo suprime la liberación de insulina, la hormona que absorbe la glucosa para utilizarla como energía.
Y "alimentos ricos en azúcar" no sólo significa dulces, galletas y pasteles. "Los estudios han encontrado que las mujeres que comen carbohidratos más refinados (productos horneados, dulces, panes blancos, arroz, cereales, bagels, etcétera) son más propensas a sufrir depresión y cambios de humor debido a las drásticas subidas y bajadas en los niveles de azúcar en la sangre", dice Zeitlin.
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Por supuesto, esto no es sólo para asustarte y hacerte tirar todas las cosas dulces que tienes en la alacena. Muchas otras cosas pueden contribuir a la ansiedad, como el estrés, el exceso de café, las presiones en el trabajo e incluso las relaciones familiares conflictivas, por lo que eliminar los postres de tu dieta no es la solución mágica para reducir la ansiedad.
Lo que sí es cierto es que el impacto del azúcar en los niveles de ansiedad puede afectar a cualquiera, según afirma Zeitlin, y si tú tienes un trastorno de ansiedad existente, es probable que los alimentos azucarados exacerben su afección.
Ciertamente, una manera de combatir esto es reducir tu consumo de azúcar, alimentos procesados y panes. También es una buena idea consumir alimentos bajos en azúcar y altos en fibra (piensa en verduras, frutas como las moras y granos enteros).
Con información de Well and Good
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