La esperanza y la promesa de mejores hábitos para una vida más sana y más feliz siempre llegan con el incio de un nuevo año. Sin embargo, tener propósitos no hará que cumplirlos sea sencillo. De hecho, muy pocas personas cumplen con lo que se proponen. Según una encuesta de YouGov de 2019, sólo 1% de los estadounidenses se apega a sus propósitos y el 19% logra cumplir algunos.
Los expertos señalan que la clave para realizar grandes cambios es alterar los comportamientos cotidianos. Para lograr una transformación importante puedes seguir estos cinco hábitos diarios, lo cual es un buen comienzo y un gran avance hacia el éxito de tus propósitos. Hazlos ahora y mantenlos durante las próximas semanas, meses y años.
La forma en que te despiertas marca el tono de tu día, y un sonido de alarma estridente no es una buena manera de hacerlo. En un estudio realizado en Australia se descubrió que despertarse con una alarma melódica, como la música que que escucharías en cualquier otro momento del día, conduce a una mejor transición del sueño a la vigilia. Los participantes del estudio que se despertaron con las alarmas musicales notaron menos aturdimiento que aquellos que usaron las alarmas tradicionales (es decir, los tonos molestos).
Levantarse de la cama es difícil, y en pleno invierno es aún peor. Jamás pensarías tomar una ducha helada al salir de la cama, pero vale la pena hacerlo pues se relaciona con diversos beneficios para la salud física y mental. Para los atletas, un baño con agua fría ayuda a disminuir el dolor en los músculos, pero también hay beneficios mentales que no son tan evidentes. Al tomar una ducha de agua fría, recibirás una descarga de adrenalina, norepinefrina y dopamina, neurotransmisores que pueden reducir el estrés y aumentar la atención.
Si la ducha fría es demasiado difícil, comienza por hacerlo poco a poco. Después de unos minutos de tu ducha caliente normal, cambia a frío durante 1 o 2 minutos y luego vuelve a caliente. La alternancia entre el calor y el frío dilata y contrae los vasos sanguíneos que estimulan la circulación, por lo que disfrutarás de los beneficios incluso mientras te relajas.
La importancia de dormir bien se ha señalado repetidamente, pero no está de más recordarlo. Dormir bien influye en todo, desde la salud sexual y los niveles de estrés hasta la capacidad de concentración. Piensa en el sueño como la base de cualquier otra área para mejorar tu vida. Si bien muchos factores influyen en la calidad del sueño, reducir el tiempo frente a las pantallas justo antes de acostarte es el camino más sencillo hacia un buen descanso nocturno.
Durante al menos 30 minutos antes de irte a dormir (idealmente 1 hora) apaga tu dispositivo electrónico, como recomienda la experta en sueño Liliana Amaro. Lo mejor es irte a la cama sin aparatos electrónicos; déjalos en otra habitación, especialmente al inicio de esta práctica, para no caer en la tentación de revisarlos. La especialista recomienda relajarse con un té tibio o un vaso de leche y leer un libro de papel o electrónico que no emita luz azul, y no hacer la lectura en oscuridad total.
Cuando se trata de perder peso, específicamente grasa, vale la pena probar el ayuno intermitente. Ello implica restringir los tiempos de alimentación, ya sea comer sólo durante ciertas horas cada día o tener 1 o 2 días de ayuno por semana. En un estudio se explica que el ayuno intermitente podría tener beneficios más allá de la composición corporal, como menos estrés, menor inflamación y mejoras en la memoria.
Sí vas a probar si funciona para ti, puedes probar el método 16: 8, que consiste en ayunar durante 16 horas, lo que te deja 8 horas diurnas para comer. La forma más común de cumplir con este horario es comenzar a comer al mediodía y luego terminar la cena a las 20:00 hrs., dejando 16 horas completas de ayuno antes del mediodía del día siguiente (puedes tomar café en la mañana, pero negro).
Si la meditación no forma parte de tu rutina diaria, este podría ser un buen momento para comenzar. Así como dormir bien por la noche, los beneficios de la meditación para la salud se extienden a casi todos los aspectos de la vida, desde reducir el estrés y mejorar la concentración hasta incluso aumentar el umbral del dolor.
Como cualquier hábito nuevo, es mejor comenzar poco a poco y subir de nivel a medida que avanzas. 10 minutos por día son suficientes para empezar a experimentar los beneficios de esta práctica. Pruébalo después de la ducha fría de la mañana para vivir la experiencia completa.
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