Seguro te ha pasado que llegas al baño y ves las cerdas desgastadas de tu cepillo de dientes, pero así lo usas y lo dejas de nuevo en su lugar, con la idea de que todavía sirve y pronto será el momento perfecto para un cambio.
Pasan tres meses: 90 largos días y tu cepillo de dientes ¡sigue ahí! No esperes más y haz el cambio sin importar el buen estado en el que se vea, ya que cada vez se llenará de más bacterias.
En tu boca hay bacterias que se acumulan en tu cepillo cada vez que lavas tus dientes, y después te las llevas a la boca de nuevo en cada cepillado. Aunque no puedas verlas, esas bacterias afectan tu salud bucal con el tiempo.
Por esta razón es muy importante mantener limpio tu cepillo dental, así como cambiarlo con regularidad.
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Además, las personas en general no acostumbran prestar atención al estado del cepillo de dientes ni al tiempo que lo han usado, pues la mayoría lo cambia sólo cuando ya está totalmente “despeinado”.
Sin importar el cepillo de dientes que tengas, sus cerdas se desgastan y ya no pueden remover con la misma efectividad las bacterias que se encuentran en tu boca, lo cual puede generarte alguna enfermedad bucal y propiciar la aparición de caries.
De acuerdo con la recomendación de los odontólogos y la Asociación Dental Americana, después de 3 meses tu cepillo pierde su efectividad sin importar el buen estado en que se encuentre, ya que remueve menos placa bacteriana que un cepillo nuevo.
Así que, ¡no esperes a que tu cepillo esté despeinado para cambiarlo! Para prevenir la aparición de alguna enfermedad bucodental es importante seguir hábitos saludables como acudir periódicamente a revisiones con el dentista, mantener una correcta higiene bucal y dental, cepillar tus dientes tres veces al día o después de consumir alimentos, utilizar enjuagues bucales y, muy importante, cambiar tu cepillo cada 3 meses.
Con información de Oral-B / Procter & Gamble
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