El cáncer es una enfermedad cada vez más recurrente, y también afecta a los niños. Sin embargo, aunque se trata de un padecimiento delicado, es curable cuando se detecta a tiempo.
Por ello, el diagnóstico oportuno es vital para poder contar con el tratamiento adecuado, que ayude a mejorar el pronóstico del paciente y aumentar sus posibilidades de cura.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el cáncer es la primera causa de muerte por enfermedad en los niños de los países desarrollados. En el caso de México, el organismo indica que alrededor de mil 100 niños de 0 a 14 años son diagnosticados de cáncer cada año.
Por otro lado, según datos del Hospital Alemán, los tipos de cáncer infantil más frecuentes son la leucemia, con el 40% de los casos; el cáncer del sistema nervioso central, con aproximadamente el 20%; y los linfomas, con el 15%.
Los especialistas en oncología y pediatría coinciden en que la falta de actividad física, la exposición a productos químicos y, sobre todo, la mala alimentación, son los principales factores de riesgo para que esta enfermedad ataque a los pequeños.
Para que los niños que adquieren este padecimiento puedan recibir un tratamiento oportuno y tener más posibilidades de recuperarse, es importante que tanto los padres de familia como las personas que se encargan de su cuidado estén al pendiente de ellos para detectar cualquier señal de alerta.
A veces resulta complicado, pues los síntomas relacionados con el cáncer infantil son los mismos que aparecen debido a otras enfermedades, especialmente las virales. Por esta razón, la valoración médica es vital ante la más mínima sospecha de que algo no anda bien.
Algunos de los principales síntomas que pueden estar relacionados con alguno de los tipos de cáncer son:
Si detectas alguno de estos síntomas, consulta con el médico del niño para que realice la revisión y los análisis pertinentes para saber de qué se trata.
También es recomendable que aunque el niño parezca sano lo lleves a revisiones periódicas con el pediatra o médico, para que tanto el cáncer como cualquier otra enfermedad puedan ser detectados y tratados en sus etapas iniciales.