La mayoría de nosotros, en algún momento de nuestra vida experimentamos dificultades para conciliar el sueño. El insomnio impide que descansemos realmente durante la noche, lo cual tiene efectos negativos en nuestra salud y bienestar general pues, tras una noche frustrante dando vueltas en la cama sin poder dormir, nos sentimos cansados, irritables, tenemos dificultades para concentrarnos y nuestra productividad va en declive. El insomnio puede ser agudo y durar poco. En estos casos generalmente está relacionado a una enfermedad, diferencias de horario durante un viaje, fluctuaciones hormonales, estrés agudo o la pérdida de un ser querido. Si se aborda la causa del insomnio, generalmente éste desaparece. Pero el insomnio también puede ser crónico y durar no sólo días o semanas, sino periodos extendidos superiores a 3 meses. En este tipo de casos vale la pena analizar las razones fisiológicas, ambientales y emocionales que pueden estarlo causando. Una de las razones que evita que puedas dormir en la noche puede ser la ansiedad. Ya sea que tengas problemas para conciliar el sueño o para mantenerte dormido, los siguientes puntos pueden indicarte que tu insomnio está relacionado con un trastorno de ansiedad:
1. Piensas mucho en eventos del pasado que te hacen sentir mal
Te sientes atrapado volviendo a ellos una y otra vez. Cada vez que lo haces, te sientes culpable y asustado.
2. Te preocupas excesivamente por eventos del futuro
Esto es diferente a pensar en el futuro para planear apropiadamente, pues no es un proceso constructivo. Por el contrario, preocuparte obsesivamente sobre cosas terribles que aún no suceden merma tu bienestar.
Te puede interesar: 5 plantas que puedes tener en tu cuarto para reducir el insomnio
3. Te agobian las responsabilidades
A veces es necesario poner la responsabilidad en perspectiva. Es decir, tenemos responsabilidades porque tenemos libertad de elección, pero esto no quiere decir que deban volverse una pesada carga que te quita tu paz mental.
4. Te sientes constantemente sobreestimulado
Un ingrediente necesario para conciliar el sueño es la relajación, y es mucho más complicado relajar una mente sobreestimulada que una más apacible. En este tipo de casos, se recomienda ir disminuyendo los estímulos a los que nos exponemos 1 o 2 horas antes de ir a la cama. Esto incluye no exponerse a pantallas de celular o televisión, regular la iluminación para que sea más tenue, sacar los relojes y el teléfono de la habitación, cuidar que sea lo suficientemente oscura, irse a dormir siempre a la misma hora y evitar las cenas copiosas.
Si tu insomnio y ansiedad se extienden por semanas o meses puedes empezar a sentir ansiedad por no poder conciliar el sueño en la noche, lo cual, por supuesto, impide que duermas y crea un círculo vicioso. En este tipo de casos, lo mejor es que busques ayuda profesional para tratar tu ansiedad y cambies algunos hábitos antes de dormir.
Con información de Help Guide