El café es una de las bebidas más famosas y adictivas que la humanidad ha tenido la suerte de crear. Las técnicas de elaboración, tipos de grano y tostado y las posibilidades de combinación con otros ingredientes la vuelven una bebida versátil y trascendental en el sentido más puro de la palabra. Su sabor y propiedades estimulantes se deben a la sustancia que la compone: la cafeína.
Para los amantes del café, no hay nada como una buena taza para iniciar el día; una taza en el trabajo; una taza a la hora de la comida; una taza con el postre o para “hacer la digestión”, y así interminablemente, pues cualquier momento es bueno para estar acompañados de esta bebida sagrada. Sin embargo, ¿nos habremos puesto a pensar cuándo la cantidad de café comienza a ser demasiada?
La cafeína es un estimulante natural, lo que significa que influye directamente en el sistema nervioso central y en cantidades moderadas puede aumentar el metabolismo, mejorar el rendimiento físico e intelectual y eliminar cualquier presencia de fatiga o somnolencia que nos impida desempeñarnos correctamente. Pero cuando la cantidad de cafeína en la sangre supera ciertas cifras es cuando aparecen las reacciones adversas. Las más conocidas son dolor de cabeza, ansiedad, nerviosismo, hiperactividad, sudoración excesiva, insomnio, miedos nocturnos y, en casos más extremos, vómito, diarrea, desorientación y hasta afecciones cardíacas.
Aunque son relativamente pocos los casos en los que la cafeína representa un problema de salud para una persona, es muy cierto que sus riesgos se elevan cuando existe hipersensibilidad previa a este alcaloide. Las dosis adecuadas de cafeína varían de persona a persona, pues cada cuerpo es diferente y por eso no hay un estándar concreto, aunque sí hay promedios que se pueden establecer.
Según diversos estudios médicos, una dosis entre 75 y 200 miligramos de cafeína al día puede ayudar a mejorar el rendimiento en labores físicas e intelectuales. Esto equivale entre una y tres tazas de café al día. Aunque la dosis máxima que el cuerpo puede tolerar es de 500 miligramos diarios, siempre se recomienda no superar los 300 miligramos, a riesgo de que se presenten síntomas de sobredosis.
La edad es otro factor importante a considerar. Los adolescentes y las personas mayores están más expuestos a los riesgos de la cafeína, así que este sector debe ser más cuidadoso en su consumo, no sólo de café sino de otro tipo de bebidas que la contengan, por ejemplo tés, refrescos y bebidas energéticas.
Así que ya lo sabes: si eres un gran amante del café, modera tu consumo para que puedas seguir disfrutándolo mucho más tiempo.