Se cree que la práctica de caminar hacia atrás, también llamado "caminar retro" se originó en la antigua China y se extendió a Japón, donde era parte de la rutina diaria de ejercicios y cuidado personal. En la actualidad muchas personas han retomado este ejercicio, pues no sólo ayuda a desarrollar los músculos y mejorar el rendimiento físico, sino que mejora el equilibrio e incluso puede prevenir enfermedades neurodegenerativas.
Además, al caminar hacia atrás pones menos tensión en las rodillas, por lo que es ideal en caso de lesiones o problemas en las mismas. También se elimina el golpe del talón con el suelo, así que la alineación de tus huesos se modifica y esto ayuda a aliviar dolores de espalda. Y, por si fuera poco, al caminar retro pones a trabajar grupos de músculos que no se ejercitan al caminar hacia adelante, como los isquiotibiales.
Según un estudio publicado en el Journal of Physical Therapy Science, otros beneficios de caminar hacia atrás son:
Practica de 15 a 20 minutos de caminar hacia atrás diariamente para comenzar a ver resultados. Una vez que lo domines, también puedes intentar correr hacia atrás. ¿Listo?