Las vitaminas y suplementos siempre son un buen complemento para un estilo de vida saludable, una dieta equilibrada, ejercicio físico y un buen manejo del estrés. Hoy en día existen diferentes suplementos que pueden ser utilizados sin receta médica, sin embargo, siempre es buena idea consultar con un especialista antes de empezar a consumirlos.
Uno de los nutrientes más importantes para una buena salud es la vitamina C. Además de encontrarla en frutas y algunas verduras, también puedes consumirla en tabletas e incluso en su versión liposomal.
Las vitaminas liposomales no usan cápsulas, tabletas o polvos para suministrar nutrientes. En cambio, estas vitaminas están encapsuladas en bolsas de células grasas llamadas liposomas (de ahí el nombre). Aparentemente, esta es la forma más efectiva de asegurar que las vitaminas del suplemento sean absorbidas por el cuerpo.
Una de las grandes funciones de la vitamina C es que es antioxidante. Esto quiere decir que es una sustancia que dona fácilmente electrones para neutralizar los "radicales libres" oxidantes potencialmente dañinos.
Estos radicales libres pueden incluso destruir tu ADN, proteínas y otras claves para el buen funcionamiento de tus células. Por eso, la vitamina C no nada más te protegerá del resfriado común, sino que puede ser potencialmente beneficiosa para un gran número de padecimientos.
Varias enzimas humanas importantes necesitan vitamina C para funcionar. Esto es más evidente en el cerebro, donde está más concentrada que en cualquier otro órgano.
Las células nerviosas necesitan esta vitamina para producir los neurotransmisores dopamina y norepinefrina, junto con carnitina, creatina, tirosina y mielina, que aísla eléctricamente las células nerviosas. La vitamina C es vital para las enzimas que producen colágeno, que es esencial para fortalecer las paredes de los vasos sanguíneos del cerebro.
El colágeno es una familia de grandes proteínas que proporcionan fuerza a los tejidos conectivos del cuerpo. El colágeno es un componente estructural importante de este "pegamento" de tejido conectivo que mantiene a las células en sus lugares asignados dentro de nuestros tejidos y órganos.
El cuerpo necesita la vitamina C para producir colágeno para una circulación saludable y para la piel, las articulaciones, los huesos y otros tejidos duros, y todos los órganos del cuerpo.
Los varios kilómetros de vasos sanguíneos del cuerpo necesitan vitamina C para mantener el colágeno que construye la estructura de sus paredes. La suficiente disponibilidad de vitamina C ayuda a los vasos sanguíneos a mantener su fuerza y flexibilidad funcional.
La sangre que circula depende de la vitamina C por su capacidad antioxidante y antirradical libre. Las células inmunes que circulan con la sangre dependen particularmente de la vitamina C.
Gran parte de tu sistema inmunológico consiste en células individuales móviles que circulan con la sangre o patrullan los tejidos en busca de invasores hostiles, y necesitan altos niveles de vitamina C para potenciar sus movimientos pues, si no, son incapaces de hacer su trabajo.
Además, muchas de las células inmunes circulantes producen radicales libres altamente tóxicos para destruir bacterias, virus u otros agentes dañinos y requieren vitamina C para mantener su capacidad antioxidante y antirradicales libres. Las células inmunes que circulan con la sangre dependen particularmente de la vitamina C.
Foto de portada: Jenny Hill / Unsplash