El sistema inmunológico mantiene a los microorganismos infecciosos, como las bacterias, los virus y los hongos, fuera del cuerpo: es como una barrera protectora que se encarga de evitar que estos agentes dañinos ingresen al cuerpo. Además, elimina y destruye aquellas amenazas que ya están en el organismo.
Una red compleja de células y órganos conforman el sistema inmunológico del cuerpo, por lo que es necesario contar con una adecuada nutrición. La desnutrición y las deficiencias específicas de zinc, selenio, hierro, cobre, ácido fólico y vitamina A, B6, C y E, tienen notable influencia en las respuestas menos efectivas del sistema inmunológico. El sobrepeso u obesidad también pueden debilitar su respuesta.
La Asociación Americana de Dietética (ADA) establece que llevar una dieta equilibrada y saludable es fundamental para tener un buen sistema inmune. La doctora Susan Bowerman, directora del Consejo de Nutrición de Herbalife Nutrition, menciona que el consumo de frutas y verduras es clave para el sistema inmunológico. Éstas aportan gran cantidad de vitaminas y minerales que blindan el sistema inmunológico.
Cómo fortalecer tu sistema inmune
En general, tu sistema inmunológico hace un trabajo muy importante: te defiende contra microorganismos causantes de enfermedades. Pero a veces falla, cuando un agente logra atravesar esa barrera con éxito y te enferma.
Es posible intervenir en este proceso y fortalecer tu sistema inmunológico. Toma nota de estas recomendaciones de la Escuela de Salud Pública de Harvard:
- Evita infecciones. Lava bien los alimentos antes de comerlos; de igual manera, mantén tus manos limpias.
- Haz suficiente ejercicio. Camina, corre e involúcrate en actividades físicas que disfrutes. Inscribirte a un gimnasio es una opción, pero no es la única forma de ponerte en movimiento, ya que puedes salir a correr o caminar.
- Duerme bien. Un buen sueño repara. Ayuda al cuerpo y la mente a descansar sin distracciones. Ve a la cama sin tu teléfono, para que tu cuerpo se recupere de un día pesado o de una enfermedad.
- Cuida tu peso. Realiza todas las acciones posibles para mantenerlo, desde una alimentación saludable hasta una rutina de ejercicio para evitar el sobrepeso. Monitoréate cada mes y toma nota si lo crees necesario.
- Maneja el estrés. El estrés es un enemigo de la salud. Realiza alguna disciplina que te ayude a relajarte (yoga, tai chi, meditación). Una buena dosis de risa siempre resulta benéfica. ¿Tienes una película que te haga reÍr a carcajadas? Ya sabes qué ver cuando tu día no fue fácil.
- Modifica hábitos. Deja aquello que dañe tu cuerpo, o reduce su consumo, como el cigarro y el alcohol. Además, periódicamente hazte chequeos para monitorear tu estado de salud en general.
- Aliméntate bien. Siempre incluye en tu alimentación verdura, fruta y granos enteros. Enriquece tu dieta con alimentos que contengan vitaminas, nutrientes y antioxidantes como las fresas, las moras, el brócoli, los tomates, el ajo, el té verde, las uvas rojas, los frijoles, las nueces y la col. Cada día recuerda comer una verdura y/o fruta que no acostumbres, para tener una nutrición más completa.