Las rutinas que sigues día con día y los hábitos (buenos o malos) que adoptas tienen un impacto en tu bienestar, y la salud cerebral no está excenta de ello. 

 

Hacer o no ejercicio, los alimentos que consumes, tus hábitos de sueño y el consumo de alcohol o tabaco son aspectos que afectan al cerebro y pueden acelerar su deterioro.

 

Algunos hábitos diarios pueden hacer que tu cerebro envejezca antes de tiempo y ponerte en riesgo de padecer demencia y enfermedades como el Alzheimer. Los siguientes son algunos de los hábitos que afectan el bienestar cerebral.

 

Duermes menos de 7 horas por noche

Cuanto menos duermes, más rápido envejece tu cerebro y se acelera la disminución del rendimiento cognitivo. Para evitarlo debes procurar dormir al menos 7 horas cada noche, pues durante el sueño, mientras todo tu cuerpo descansa y se regenera, el cerebro realiza actividades de limpieza y desintoxicación, lo cual es fundamental para su buen funcionamiento.

 

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Vives estresado y con ansiedad

Las personas que padecen estrés crónico y ansiedad tienen un mayor riesgo de presentar un deterioro cognitivo más rápido. De hecho, de acuerdo con estudios realizados, la probabilidad de desarrollar la enfermedad de Alzheimer aumenta en un 33% en las personas con ansiedad leve, un 78% en quienes tienen ansiedad moderada y un 135% en quienes padecen ansiedad severa. 

 

Por ello, es importante que aprendas a relajarte y liberar las emociones que el estrés y la ansiedad te producen. Sé consciente de que hay muchas cosas que están fuera de tu control y enfócate en aquellas que sí puedes controlar, como lo que ocurre en tu interior y la forma en que reaccionas ante los sucesos y estímulos que se presentan en tu día a día.

 

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No cuidas tu oído

La pérdida de la audición está asociada con una mayor propensión a desarrollar demencia. Es posible que la tensión de luchar para escuchar podría sobrecargar al cerebro o que la pérdida auditiva pueda conducir al aislamiento social, el cual es un factor de riesgo para la demencia. 

 

Para cuidar tu oído, evita en la medida de lo posible los lugares y ambientes muy ruidosos, procura escuchar la música y la televisión a un volumen adecuado, sobre todo cuando usas audífonos, y evita introducir objetos en los oídos, como hisopos, ya que pueden causar daños relacionados con la pérdida de audición.

 

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Bebes alcohol en exceso

El consumo de bebidas alcohólicas tiene su lado positivo en la medida en que te pueden ayudar a relajarte y algunas, como el vino, contienen antioxidantes y sustancias que resultan benéficas para la salud. Sin embargo, el secreto está en la moderación, pues no es lo mismo tomarte una copa de vez en cuando, que salir de fiesta cada fin de semana y beber hasta perder la conciencia.

 

El consumo excesivo de alcohol afecta la química cerebral, lo cual puede ocasionar deterioros como pérdida de memoria y reducción de las capacidades cognitivas, así como propiciar el desarrollo de trastornos emocionales y mentales. Además, reduce el número de neuronas en algunas áreas del cerebro y limita la regeneración neuronal. 

 

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Fumas

Si deseas hacer todo lo posible para prevenir el Alzheimer, lo más recomendable es que dejes el cigarro para siempre. Un análisis realizado por investigadores de la Universidad de California en San Francisco reveló que fumar casi duplicó el riesgo de desarrollar esta enfermedad. 

 

Además, las sustancias que contienen los cigarros limitan la formación de nuevas neuronas y, al reducir la oxigenación cerebral, reduce la velocidad de transmisión de información entre neuronas.

 

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Tu alimentación es deficiente

La frase "eres lo que comes" aplica a todo lo relacionado con la salud y en especial con el buen funcionamiento cerebral. Por ello, es muy importante que mantengas una dieta equilibrada y evites los alimentos que aceleran el deterioro cerebral. 

 

Las grasas trans, por ejemplo, incrementan el riesgo de desarrollar Alzheimer y aceleran el deterioro cognitivo, mientras que los azúcares refinados afectan la memoria y reducen el volumen cerebral. Así que lo ideal es llevar una alimentación basada en productos naturales y evitar al máximo los procesados.

 

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Descuidas tu conexión con tus seres queridos

Mantener la mente aguda y el cerebro saludable es más fácil cuando involucras a tus seres queridos en el proceso. En un estudio realizado por el Journal of the International Neuropsychological Society se asignó a los adultos mayores una puntuación basada en su nivel de actividad social, desde visitar a familiares hasta asistir a eventos deportivos. 

 

Los investigadores encontraron que cada aumento de 1 punto en su actividad social correspondía a una disminución del 47% en su tasa de deterioro cognitivo. Esto se debe a que la socialización alivia el estrés y existe una gran conexión entre el estrés y los problemas con el cerebro a medida que se envejece.

 

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Tienes un estilo de vida sedentario

Si eres de los que prefiere pasar su tiempo libre en un sillón frente al televisor, debes saber que la falta de ejercicio es otro factor de riesgo para desarrollar demencia. Cuando se trata de salvar tu cerebro, tu músculo mental se puede beneficiar del ejercicio regular.

 

La actividad física no sólo te ayuda a mantenerte en forma y con un peso saludable, sino que también es benéfica para el buen funcionamiento de tu cerebro. La práctica regular de ejercicio ayuda a mejorar las funciones cognitivas y sensoriales del cerebro, reduce la degeneración neuronal y propicia la liberación de neurotransmisores que contribuyen al bienestar general.

 

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Revertir estos hábitos te ayudará a prevenir la degeneración cerebral prematura, para lograr envejecer de forma plena, con tus facultades mentales en el mejor estado posible para mantenerte como una persona autosuficiente durante la vejez.

 

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