Seguramente has escuchado hablar del aura. En el mundo del esoterismo, se le llama así al campo electromagnético que rodea a los seres vivos. Se considera que está relacionada con los chakras y aunque a simple vista no es posible verla, se le atribuyen distintas tonalidades de luz, que van de acuerdo con la energía y las emociones que emana el ser que la posee. 

Pero más allá del campo esotérico y energético, la ciencia ha demostrado que el ser humano posee un aura viviente individual, a la que han llamado exposoma humano y que consiste en una especie de nube de microorganismos, elementos químicos y otros compuestos que se encuentran alrededor de cada persona y van con ella todo el tiempo. 

Lo que hasta ahora se sabe del exposoma surge de un estudio realizado por un grupo de genetistas de la Universidad Stanford en California, Estados Unidos, el cual fue publicado en la revista científica Cell.

Dicha investigación demuestra que es posible medir los elementos del ambiente a los que está expuesta cada persona. Esto puede ayudar a estudiar padecimientos como el asma y las alergias, para encontrar tanto mejores medidas preventivas como tratamientos más eficaces.

Para realizar el experimento, los investigadores fabricaron un pequeño dispositivo para monitorear el aire y lo ataron al brazo de 15 voluntarios. 

El dispositivo se encargaba de absorber muestras tanto de su exposoma como del ambiente que los rodeaba en los distintos lugares en los que se encontraban.

Los elementos recolectados contenían bacterias, hongos y virus, entre otros elementos, con cuyos componentes se pudo crear un perfil químico único para cada voluntario.

Los elementos que contiene el exposoma de cada persona son variables e incluyen las partículas que cada uno recoge de su entorno inmediato mediante mascotas, productos químicos, plantas, etcétera.

Los participantes del estudio se movieron por diferentes puntos de la ciudad de San Francisco, pero incluso cuando estaban en el mismo lugar, sus exposomas eran diferentes. Esto confirma que cada individuo está rodeado de su propia nube microbiana, que recoge y expulsa continuamente a su alrededor. 

El estudio de dicha nube podría tener importantes aplicaciones en el campo de la salud humana, la cual está determinada en gran medida por factores ambientales.

Los investigadores consideran que los avances en el conocimiento del exposoma humano podrían ser clave para entender y prevenir padecimientos como el cáncer, el asma, las alergias y algunas enfermedades cardiacas y respiratorias, ya que se podría saber cuáles son los elementos ambientales a los que están expuestos los pacientes para entender su relación con sus enfermedades.

Para dar continuidad a su investigación, los científicos que la realizaron planean crear un dispositivo de medición del exposoma que sea más accesible, para que más personas puedan usarlo.

Además, planean implementar esta tecnología en aquellos lugares donde existe un mayor riesgo de contagios ambientales, como los hospitales y las guarderías.

Con información de BBC y ABC