Dedicatoria para ti
Por ser mujer, estás completamente capacitada para soportar y contener la vida de otro ser humano. Es un don innato, independientemente de que decidas o no seguir adelante, lo importante es recordarte que tienes lo que se necesita para poder hacerlo. Imagina un momento que todo lo que vivimos es un juego de resonancia: hay cosas que te atraen y cosas que no, cosas con las que resuenas y cosas con las que no. Imagina que la fusión de un óvulo y un espermatozoide específicos tienen una vibración particular y en un plano muy sutil hay un alma que resuena con esa vibración .
Esto quiere decir que este nuevo niño que llevas dentro resuena con lo que tú eres y con lo que tu pareja es. Esto quiere decir que son la combinación perfecta y están poniendo lo necesario para que esa vida se manifieste en su forma física.
Bendita esta etapa de tu vida y todo lo que de ella emane.
Reconocer que estás creando una vida genera mucho movimiento en todos los sentidos. El proceso de gestación es una gran etapa de práctica para el desarrollo espiritual de la mujer, y también de su pareja. Comenzando por entender que no hay más qué hacer que dejar que la vida fluya. Es un gran momento para intentarlo: dejar fluir la vida.
El primer y más grande ejercicio de observación durante este proceso es asimilar, darnos cuenta que estamos presenciando un hecho que sucede por sí mismo, no hay nada qué decir ni qué indicarle al cuerpo que haga. Nuestro cuerpo sabe lo que tiene que hacer y nuestra función consciente es darle los nutrientes necesarios para que pueda desempeñar los procesos bioquímicos requeridos de la mejor manera.
La gestación y todas sus variables hormonales se tornan a veces una tarea ruda porque es el fino acto de intentar navegar desde lo que una parte muy sutil de nosotros necesita y dejar de dar prioridad a las inagotables necesidades del ego.
Los procesos emocionales serán altamente variables y dependerán de muchos factores propios del desarrollo, historia y madurez emocional de cada mujer. Sin embargo, sortear estos cambios desde la conciencia de que estamos en un proceso de generar vida puede ayudar bastante.
Es importante considerar en este proceso de crecimiento espiritual que automáticamente nos encontramos al servicio de un pequeñísimo ser que comienza su experiencia humana desde que está en nuestro vientre. Y de ahí la importancia de considerar que ahí dentro tendrá necesidades y que nosotras podemos intentar comprenderlas desde la escucha sutil.
Llamo escucha sutil al acto de conectar a nivel de vibraciones con la energía del ser que llevamos dentro. ¿Cómo se hace esto? En realidad es simple, pues este ser es parte de nosotros. Hay que tener paciencia y simplemente darnos espacios de silencio que le permitan a esta vibración enviarnos los mensajes que necesita.
Estos se pueden manifestar, por ejemplo, como necesidades relacionadas con temas de alimentación y nos dan indicios de que el cuerpo esta solicitando cierto tipo de nutrientes.
Vale la pena, antes de meterse algo a la boca, observar un momento el tipo de cosas que sentimos que el cuerpo pide. No podemos olvidar que la ansiedad también a veces pide sus cosas de comer y habrá que hacernos conscientes de las diferencias.
También hablamos de necesidades de tipo energético y emocional que por supuesto el bebé desde sus primeros inicios recibe y reconoce.
El lenguaje del gestante es de vibraciones y la madre puede sentir este lenguaje de muchas maneras, a veces como momentos de claridad espontánea o en sueños; y de ahí que la madre pueda utilizar la herramienta de la intuición para estar abierta a esta interacción de vibraciones.
Reflexión de la semana
Haz conciencia de qué tanto permites que la vida fluya en tu experiencia en general.
Cómo es para ti el concepto de fluir con la vida en tu trabajo, en tu familia, en tus actividades cotidianas.
Observa en este mes cómo sí y cómo no fluye la vida en ti.
Intenta ubicar en dónde te cuesta trabajo fluir con la vida y por qué. Anótalo. Anotar es el principio de hacer algo consciente para luego liberarlo.