Tal vez cuando piensas en el sudor te parece algo realmente incómodo. Y claro, ¿a quién le gusta estar bajo el sol o en un lugar caluroso y empezar a sudar? Pero, como todo en el organismo, la transpiración tiene una razón de ser. El sudor es parte esencial para que tu cuerpo se mantenga en el mejor estado posible: regula la temperatura y también ayuda a eliminar toxinas.
Según explica el doctor Mercola, naces con alrededor de 2 a 4 millones de glándulas sudoríparas; las mujeres tienen más, pero los hombres las tienen más activas y producen más sudor.
Conforme la temperatura del cuerpo se eleva, automáticamente comienza la transpiración: las glándulas sudoríparas se activan para liberar el líquido salino que contienen y esto hace que el organismo se enfríe. Un ejemplo muy claro de este proceso se da cuando haces ejercicio. Al sudor se le considera como uno de los beneficios que tiene la actividad física, ya que es señal de que estás en un proceso de desintoxicación y también liberas el exceso de líquido.
A diferencia del sauna tradicional, el sauna de infrarrojos no calienta el aire que te rodea. En su lugar, se utilizan lámparas infrarrojas (que usan radiación electromagnética) para calentar tu cuerpo directamente.
Un sauna infrarrojo puede funcionar a una temperatura más baja (generalmente entre 48 y 60℃) que uno tradicional. Las personas que apoyan este tipo de práctica dicen que de esta manera el calor penetra mucho más al cuerpo que simplemente el aire caliente, lo que hace que sudes mucho más a temperaturas más bajas. Asimismo, es mucho más fácil que te sientas cómodo en un sauna infrarrojo que en uno tradicional.
Te desintoxica
El sudor es de los elementos más importantes para que este proceso se lleve a cabo. De acuerdo con los expertos, sudar de esta forma te permite eliminar hasta siete veces más toxinas que en un sauna normal.
Ayuda a la relajación
Uno de los grandes beneficios del sauna infrarrojo es que te ayuda a calmar el estrés y la ansiedad, ya que el sudor promueve que se nivele el cortisol, la hormona principal del estrés. De igual manera, el calor ayudará a que tus músculos se relajen y liberes toda la tensión.
Promueve la pérdida de peso
El calor que promueve el sauna hará que tu temperatura suba, lo cual significa que tu corazón latirá también más rápido, lo mismo que experimentas cuando haces ejercicio. Como consecuencia, cuando tu cuerpo tiene que trabajar más rápido quemará muchas más calorías. Diversos estudios han concluido que en una sesión de 30 minutos quemarás aproximadamente 600 calorías.
Mejora tu circulación
Las sesiones de sauna infrarrojo, llevadas a cabo de forma consistente, harán que estimules el flujo de sangre en tu cuerpo, mejorarán la recuperación de tus músculos y bajarán la inflamación después de una sesión de ejercicio extenuante.
Existen diferentes opciones para el sauna infrarrojo: puedes construir el tuyo en casa, comprar uno portátil o incluso ir a un gimnasio o spa que ofrezcan este servicio. Si bien no tiene nada de complicado, tienes que saber que hay ciertas reglas a seguir para que obtengas los mejores beneficios y que no te sientas mal en ningún momento: