La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unicef lanzaron una alerta ante el descenso en la vacunación infantil alrededor del mundo, durante el último año. Los datos contenidos en el reporte que publicaron ambos organismos muestran que en 2021 se dio el mayor descenso sostenido de la vacunación infantil en 30 años.

El porcentaje de niños que recibieron las tres dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTP3), que se utiliza como marcador de la cobertura de inmunización, cayó cinco puntos porcentuales entre 2019 y 2021, con lo que la cobertura de esta vacuna retrocedió a su nivel más bajo desde 2008.

Esto significa que 25 millones de niños no recibieron una o más dosis de la vacuna DTP. La mayoría de los menores que no fueron vacunados se encuentran en países de ingresos bajos y medios, entre los cuales, India, Nigeria, Indonesia, Etiopía y Filipinas registran las cifras más altas de niños no vacunados. Además, entre los países con los mayores aumentos relativos en el número de niños que no recibieron una sola vacuna entre 2019 y 2021 están Birmania y Mozambique.

La OMS y la Unicef explican que este descenso en la vacunación infantil se debe a varios factores, como difícil acceso a las vacunas en algunas regiones, la situación de conflicto en la que viven algunos menores alrededor del mundo, así como al aumento de la desinformación, los mitos y las noticias falsas acerca de las vacunas. 

Además, otro factor está relacionado con la pandemia de Covid-19, debido a las interrupciones de la cadena de servicios y suministros, el desvío de recursos a los esfuerzos de respuesta y las medidas de contención que limitan el acceso y la disponibilidad de los servicios de inmunización.

Tanto la OMS como la Unicef lamentan este hecho, que pone en riesgo la salud de millones de niños en el mundo, en especial de aquellos que viven en las regiones más marginadas y vulnerables, pues los niveles inadecuados de cobertura ya han provocado brotes “evitables” de enfermedades como sarampión y poliomielitis, en los últimos 12 meses.

Este retroceso histórico en las tasas de inmunización se produce en un contexto de rápido aumento de las tasas de desnutrición aguda grave. Un niño desnutrido ya tiene la inmunidad debilitada y la falta de vacunación puede significar que las enfermedades comunes de la infancia se conviertan rápidamente en letales para ellos. La convergencia de una crisis de hambre con un creciente déficit de inmunización amenaza con crear las condiciones para una crisis de supervivencia infantil.

Al respecto, la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, comentó lo siguiente:

Esta es una alerta roja para la salud infantil. Estamos asistiendo al mayor descenso sostenido de la inmunización infantil en una generación. Las consecuencias se medirán en vidas. Aunque el año pasado se esperaba una resaca de la pandemia como resultado de las interrupciones y bloqueos de Covid-19, lo que estamos viendo ahora es un descenso continuado. La Covid-19 no es una excusa. Necesitamos poner al día la inmunización de los millones que faltan o, inevitablemente, seremos testigos de más brotes, más niños enfermos y una mayor presión sobre los sistemas de salud, que ya están sometidos a una gran presión.

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