Todos hemos tenido días en los que no dan ganas de pararse, muchos hemos estado tristes o tan cansados que lo último que queremos es salir de la cama. Qué conveniente sería tener todo a la mano: comida, bebida, libros, el control de la televisión y una lista interminable de películas y series para ver.
Si por alguna razón has pasado más de 24 horas en cama, ya sea por pereza, enfermedad o desánimo, seguramente notaste que a pesar de estar “descansando” no tenías mucha energía y sentiste tus músculos tensos o con poca movilidad.
Aunque estar en cama parece un sinónimo de descanso y relajación, estar acostado más de 24 horas tiene consecuencias negativas en la manera en la que nuestro cuerpo funciona. Esto es lo que sucedería si pasáramos un mes completo tirados en la cama.
Los primeros en cambiar son los pulmones. Cuando estamos de pie la gravedad asegura que estén en su lugar, si estamos acostados la parte inferior de los pulmones recibe mucha presión y terminaría por arrugarse. Esto hace que sea más difícil que la mucosidad pase por los pasajes colapsados. El moco puede quedar atrapado e infectar los pulmones, lo que conduciría a una neumonía. Por esta razón los médicos piden a las personas con alguna enfermedad respiratoria que se sienten y tosan de vez en cuando.
Imagina que ya llevas una semana siendo uno con tu cama. Para estas alturas tus músculos y huesos han dejado de cumplir con una de sus funciones principales: soportar tu propio peso bajo la gravedad. Si no usas tus huesos y músculos, los pierdes. Por cada semana que pases en la cama, pierdes aproximadamente 1% de densidad ósea. Tus huesos se vuelven más frágiles, por lo que es más fácil que se fracturen.
Mientras pierdes densidad ósea también estás perdiendo masa muscular: 1% aproximadamente. Lo primero que pierdes es la densidad muscular de muslos, hombros y glúteos. Los músculos utilizan el azúcar de la sangre para funcionar, pero después de sólo diez días de reposo, este proceso se vuelve muy lento. ¿Qué pasa con toda esa azúcar que tus músculos no utilizan? Se queda en tu torrente sanguíneo y es muy probable que desarrolles diabetes tipo 2.
Después de unos 15 días de “descanso”, empezarás a desarrollar úlceras o llagas. Las llagas se forman en las partes en las que tus huesos ya no tienen músculo alrededor de ellos, como la cadera, los glúteos, los tobillos y las rodillas. Los huesos presionan un mismo punto durante mucho tiempo, la presión bloquea el flujo de la sangre haciendo que las células de la piel mueran. Después de mucho tiempo, esta misma presión rompe el poco tejido muscular y de la piel, incluso llegando a exponer tus huesos.
Por esta razón, los pacientes que están en coma o están recuperándose de una intubación o de alguna enfermedad muy grave requieren que enfermeras y cuidadores les muevan sus extremidades y los cambien de posición constantemente, pues así es como ayudan al flujo sanguíneo y a que la masa muscular no se pierda tan rápido.
Y bueno, mientras todo esto pasa, tus músculos siguen desgastándose y atrofiándose. Han pasado dos semanas y ya perdiste poco más del 10% de masa muscular, y la sigues perdiendo cada vez más rápido.
Ahora tienes un problema nuevo: mientras menos músculos tienes, menos oxígeno recibes.
Un mes después de que te uniste a tu cama, tu corazón bombea 30% menos sangre por latido. Esto significa que entre menos oxígeno circule por tu cuerpo, más cansado te sientes. Entre más tiempo pases acostado, te va a costar más trabajo levantarte. Tus huesos son muy débiles para soportar el poco peso que ya tienes porque ya perdiste masa muscular, y tu corazón no tiene la suficiente fuerza para ayudarte a levantarte.
¿Y qué hay de tu cerebro? Imagina que decidiste pasar deliberadamente un año acostado en tu cama. No has salido, sigues viendo las mismas cuatro paredes, tu experiencia del día a día es básicamente la misma.
Además de que tu cerebro también está recibiendo menos oxígeno (por todo lo que ya vimos más arriba), estar en un mismo lugar viviendo exactamente lo mismo todos los días, no hace maravillas para tu salud mental y emocional.
Un ejemplo de esto es que cuando una mujer embarazada necesita hacer reposo en cama, aumenta su riesgo de sentir ansiedad y depresión. Muchas mujeres en esta situación reportan sentirse aisladas de todo tipo de relación, sienten que no tienen control sobre sus vidas y terminan por sentirse enjauladas.
¿Acaso necesitas más razones para considerar no estar tirado en cama por más de 24 horas?
Ya vimos que estar acostado durante mucho tiempo no trae absolutamente ningún beneficio para tu salud física y mental. Por eso, cuando un paciente despierta de un coma o está recuperándose de alguna cirugía o enfermedad, tratan de que se levante y camine lo antes posible. Así, su cuerpo comienza a fortalecerse poco a poco.
Por supuesto que este escenario está ejemplificado con una situación voluntaria, en el caso de que una persona decidiera por ella misma quedarse en cama durante mucho tiempo.
Así que esperamos que ahora te la pienses dos veces cuando estés muy cansado o extremadamente harto o triste. Muchas veces el cansancio no es sólo físico, sino mental o emocional. Considera que sentirte así no es malo y que no vale la pena presionarte para “estar feliz” o “ser productivo”. Siéntete triste, harto, cansado, frustrado o enojado. Pero considera otras opciones para descansar o distraerte.
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