Enfrentarse a cualquier enfermedad es difícil, porque orilla a un estilo de vida diferente y eso siempre resulta un reto en el que cualquier cambio puede parecer abrumador. En el caso de la esclerosis múltiple (EM), enfermedad crónicodegenerativa y recidivante (que reaparece), el hecho de que todavía se desconozca la causa puede ocasionar aún más temor y desaliento.
Una publicación especializada en salud explica que se trata de una enfermedad del sistema nervioso que afecta al cerebro y la médula espinal. Lesiona la vaina de mielina, el material que rodea y protege las células nerviosas. La lesión hace más lentos o bloquea los mensajes entre el cerebro y el cuerpo, lo cual conduce a los síntomas de la EM.
Las cifras hasta el momento no son menores, pues la EM afecta a más de 2.3 millones de personas en el mundo. La mayoría de éstas empiezan a experimentar los primeros síntomas entre los 20 y 40 años de edad. En general, las mujeres se ven afectadas por esclerosis múltiple en una tasa casi doble que la de los hombres.
Los pacientes que sufren EM se enfrentan a un gran número de cambios en su vida diaria. La doctora Cynthia López, de Grupo SOHIN (quienes ofrecen apoyo que va desde seguimiento al tratamiento médico hasta acompañamiento psicológico, nutrimental y cuidados paliativos), da cinco recomendaciones para personas que viven con esclerosis múltiple:
Cuando una persona es diagnosticada con EM, es normal tener preguntas, ansiedad e incluso miedo. Por ello, lo recomendable es asistir con el especialista correspondiente (psicólogo, nutriólogo, neurólogo, etc.) para expresar todas sus inquietudes. Muchas personas recurren a la información en internet, donde se corre el riesgo de encontrar datos falsos que sólo agravan la ansiedad.
No existe una dieta específica para pacientes con EM; sin embargo, lo más recomendable es consumir una dieta rica en fibra, frutas, verduras y legumbres. Además, es importante evitar el consumo de alcohol y tabaco, ya que pueden repercutir negativamente en el sistema nervioso.
Practicar ejercicio mejora notablemente la coordinación y el ánimo de los pacientes. Algunas actividades recomendadas son las caminatas, los pilates o el baile. Si el paciente tiene una discapacidad severa, se recomienda contar con la supervisión de un fisioterapeuta.
Las actividades de relajación como el yoga y la meditación, o de esparcimiento como el baile, e incluso algunos talleres para adquirir nuevos conocimientos, benefician el equilibrio y la mente de los pacientes.
La hipersensibilidad a los cambios de temperatura es uno de los síntomas más comunes de EM. La doctora recomienda vestir con ropa de fibra natural que permita la transpiración, contar con aire acondicionado en casa y evitar exponerse directamente al sol.