Mantener una buena actitud ante la vida mejora el bienestar y ayuda a estar más saludable, no sólo mental y emocionalmente, sino también en lo físico. Recientemente, un estudio realizado por la Universidad de Harvard reveló que el optimismo está relacionado con una mayor esperanza de vida, e incluso se le relaciona con una mayor probabilidad de vivir más allá de los 90 años.
El estudio se realizó con la participación de alrededor de 160 mil mujeres, de entre 50 y 79 años, pertenecientes a diferentes grupos raciales y étnicos. Las participantes del estudio que ya eran de por sí optimistas y las que trabajaron para aplicar este valor en su vida, presentaron una extensión promedio de su esperanza de vida de 2.4 años.
En la investigación, que se publicó en la revista Journal of the American Geriatrics Society, se encontró que los factores del estilo de vida –como el ejercicio regular, la alimentación saludable, el índice de masa corporal (IMC), el tabaquismo y el consumo de alcohol– representaron menos de una cuarta parte de la asociación entre el optimismo y la esperanza de vida.
Por otro lado, cabe destacar que los investigadores no encontraron interacción entre el optimismo y ninguna categoría de raza y etnia; además, las tendencias se mantuvieron después de considerar la demografía, las condiciones crónicas y la depresión.
Hayami Koga, estudiante de postdoctorado en la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, quien además es la autora principal del estudio, explicó que muchos trabajos anteriores se han centrado en los déficits o factores de riesgo negativos que afectan la salud y aumentan las posibilidades de enfermedades y muerte prematura.
“Nuestros hallazgos sugieren que también es importante enfocarse en los factores psicológicos positivos, como el optimismo, que pueden ser favorables para nuestra salud, además de ayudar a promover la longevidad y el envejecimiento saludable”, aseguró Koga.
Es importante mencionar que ser optimista no debe confundirse con caer en la llamada positividad tóxica. El optimismo no significa ignorar los factores “negativos” ni anular las emociones que éstos generan, como el enojo, la tristeza y la frustración.
Mientras la positividad tóxica te exige ser feliz y sonreír siempre, sin importar lo que te pase, el optimismo te permite reaccionar ante esas cosas negativas con las emociones vinculadas a ellas; la diferencia está en que, si vives la vida desde el optimismo, serás menos propenso a estancarte en esa emoción “negativa”, sino que te permitirás experimentarla y luego la dejarás fluir para continuar con tu camino y obtener el aprendizaje que esa experiencia te haya dejado.
Además, las personas optimistas tienen una menor tendencia a culparse a sí mismas, pues tienen la capacidad de ver los problemas y obstáculos como algo temporal que son capaces de superar.
Los optimistas también son conscientes de que ellos son los responsables de construir y recorrer su propio camino, por lo que son capaces de crear oportunidades y de saber aprovechar las que se les presenten en el camino, para que sucedan cosas buenas en su futuro.
Una manera de aumentar el optimismo es practicar un ejercicio de visualización en el que te imagines a ti mismo en un futuro en el que has conseguido todos los objetivos que hasta ahora te has planteado y en el que, además, se han resuelto los problemas que actualmente enfrentas. Siéntelo como si ya estuviera sucediendo y cree que es posible llegar a ese punto; interiorízalo y haz tuya la sensación de haberlo logrado.
También puedes empezar por practicar la gratitud. Ya sea mentalmente o por escrito, haz una lista de las cosas que has logrado y permítete gozar de la sensación de éxito, alegría, felicidad y plenitud que esos logros han generado en ti. En otra oportunidad, puedes hacer una lista y agradecer por todo lo bueno que hay en tu vida.
Y si de pronto te cuesta trabajo recordar las cosas buenas que te suceden, puedes empezar a llevar un diario, en el que anotes cada vez que algo bueno ocurra en tu día, junto con la sensación de que ese hecho te hizo experimentar; así podrás revivir esos momentos cada vez que necesites una dosis de gratitud y optimismo.
Practicar diariamente estas actividades de gratitud te ayudará a mejorar tus emociones y sentimientos positivos, incluyendo el optimismo, pues aprenderás a ver que, a pesar de que pueda haber problemas, obstáculos, momentos y situaciones difíciles, en realidad eres afortunado, porque en tu vida hay muchas cosas por las cuales agradecer.