La diabetes es una enfermedad en la que los niveles de glucosa (azúcar) de la sangre están muy altos. La glucosa proviene de los alimentos y requiere de la hormona insulina para entrar a las células y suministrarles energía. Con la diabetes tipo 2, la más común, el cuerpo no produce o no usa la insulina de manera adecuada. Sin suficiente insulina, la glucosa permanece en la sangre.
Una diabetes mal controlada puede producir complicaciones en el corazón y los riñones (complicaciones cardiorrenales). Específicamente con el riñón, se calcula que un tercio de las personas que viven con diabetes puede desarrollar insuficiencia renal crónica. Sin embargo, la prevención siempre puede evitar que se presenten problemas de salud de este tipo.
El doctor Josafat Camacho, presidente médico de la Federación Mexicana de Diabetes, A. C., explica que los constantes niveles altos de glucosa conocidos como periodos de hiperglucemia crónica son resultado de un mal control durante las etapas iniciales de la diabetes. Éstos "crean una 'huella' celular que favorece el desarrollo y la progresión de estas complicaciones, que persiste aun cuando se alcance el control de la glucosa tardíamente".
“A esta huella se le conoce como memoria metabólica, la cual es el efecto a largo plazo de los niveles elevados de glucosa constantes, que lleva al desarrollo de las complicaciones vasculares y renales", añade el experto.
Antes del diagnóstico de diabetes mellitus tipo 2 (DT2), muchas personas tienen valores elevados de glucosa sin alcanzar los niveles para el diagnóstico de diabetes (llamado prediabetes), lo que incrementa el riesgo del daño en los riñones y el corazón incluso cuando no se tiene diabetes.
Ahora se sabe que a menudo existen alteraciones o lesiones en los vasos sanguíneos antes del diagnóstico de diabetes, lo que resalta la importancia de un diagnóstico oportuno. Hay evidencia de que tres de cada cinco pacientes con diabetes presentarán insuficiencia cardiaca y enfermedad renal crónica (ERC) como primeras complicaciones.
Para una detección oportuna de la enfermedad, el médico debe evaluar distintos factores de riesgo, por ejemplo:
"El diagnóstico oportuno y el tratamiento adecuado son esenciales, porque aproximadamente 50% de las personas recién diagnosticadas con diabetes ya presentan algún nivel de lesión vascular", advierte el doctor Camacho.
Los expertos sugieren abordar el tratamiento de la diabetes desde un enfoque cardio-renal-metabólico (CAREME) desde el inicio. Esto significa buscar, además de un control metabólico (control de glucosa), un beneficio cardiovascular y protección renal desde el diagnóstico.
El concepto de memoria metabólica sugiere la necesidad de un diagnóstico temprano y de un tratamiento oportuno para alcanzar un control metabólico estricto y evitar las complicaciones de la diabetes.
El control glucémico se debe alcanzar pronto para prevenir el daño debido a la memoria metabólica. Alcanzar valores de hemoglobina glicosilada (HbA1c) menores de 6.5% durante el primer año desde el diagnostico ayuda a lograr notables beneficios en la prevención de complicaciones a largo plazo.
Un adecuado control de la glucosa en etapas iniciales protege del desarrollo de complicaciones cardiovasculares y renales. El control de la glucosa durante el primer año luego del diagnóstico es determinante en el riesgo de complicaciones.
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