Para una provocadora exposición artística, la científica Cristina Agapakis presentó una gama de quesos producidos de manera completamente orgánica, de hecho a partir de los propios (micro)organismos de las personas que participaron. Estos quesos "self-made" fueron expuestos en Dublín bajo el concepto general del autoconsumo y la autoproducción.
Los quesos están hechos de bacterias humanas tomadas de diferentes partes del cuerpo, de tal forma que se crean quesos personaliziados con la firma del autor: un queso "Christina", otro queso "Ben", por ejemplo. Literalmente uno se come su propio queso... o se come a otra persona.
Como señala el Dr. Tim Spector, para producir estos quesos "sólo tienes que tomar manojos de tus axilas, ombligo, o de entre tus pies y mezclarlos con leche, añadir ácido láctico y tienes tu propio queso". Hay otras partes donde también se pueden obtener bacterias en el cuerpo, de hecho hay cerca de diez veces más células bacteriales que humanas en el cuerpo, y en tan sólo unos centímetros de tierra hay más bacterias que estrellas en el universo.
Agapakis realizó su obra como un cuestionamiento de la forma en la que percibimos nuestros microbios, los cuales cumplen importantes funciones en nuestros organismos, y generalmente consideramos como desagradables y deseamos erradicarlos sin meditar mucho en el rol que juegan. Otras de las cosas que las bacterias nos brindan son delicatessens como los quesos viejos, los vinos, la col agria y muchos otros alimentos fermentados.
Un ejemplo de cómo la percepción es manipulada por nuestros conceptos o prejuicios puede ser tomado de un experimento en el que las personas a las que se les dijo que las bacterias que les mostraron olían a queso, reportaron que olían bien, mientras que a las que se les dijo que olían a partes del cuerpo, reportaron un olor "repugnante". Curiosamente, el famoso (por oloroso) queso Limburger, está hecho con la misma bacteria que las personas tenemos entre los dedos del pie (Brevibacterium linens). Literalmente, ¡un queso que huele a pies... o pies que huelen a queso!