El aloe vera es una planta suculenta muy utilizada en remedios caseros y en productos cosméticos, debido a las múltiples propiedades que posee el gel de sus hojas.
Entre sus principales usos se encuentra el cuidado de la piel, ya que su gel contiene glicoproteínas y alantolina -que es la que se encarga de la regeneración epitelial- así como polisacáridos -que tienen una función antiinflamatoria y relajante-. Además es una de las mejores maneras de evitar la proliferación de bacterias y microbios.
Gracias a estos componentes, el gel de aloe tiene propiedades que propician la regeneración celular y activan el entrelazado de las fibras de colágeno que recubren la piel y que son las encargadas de regenerar los tejidos.
Su aplicación resulta útil en el tratamiento de quemaduras solares, rozaduras e irritación. Además, es una de las mejores sustancias que existen para conseguir una piel más sana, ya que se encarga de regenerar las células de manera natural y es amigable con todo tipo de piel.
El aloe vera también es un tratamiento natural para el acné, ya que ayuda a contrarrestar la infección que pueden producir los brotes en la piel, gracias a sus cualidades antisépticas y antiinflamatorias.
Al colocar el gel sobre los barros, espinillas y cicatrices, actúa como cicatrizante, reduce la comezón y ayuda a mantener limpios los poros. Sus propiedades antioxidantes y astringentes son las que controlan el exceso de grasa y la acumulación de bacterias. Se puede usar como complemento al tratamiento médico para el acné.
Finalmente, el aloe vera ayuda a mantener la piel tersa y saludable. Incrementa su elasticidad y sus antioxidantes neutralizan los efectos dañinos de la exposición al sol. Con su uso puedes reducir los efectos del envejecimiento, como la aparición de manchas y arrugas.
Para aprovechar estos beneficios es necesario colocar el gel de aloe vera directamente sobre la piel, dejarlo actuar entre 15 y 20 minutos y enjuagar con agua tibia. Lo mejor es hacerlo tres o cuatro veces por semana, de preferencia en la noche, pues la piel no debe exponerse al Sol mientras el gel actúa.