Cada vez más gente considera que fumar marihuana no tiene ningún peligro e incluso trae beneficios. Sin embargo, cada vez hay más estudios que apuntan a que las mujeres embarazadas y en etapa de lactancia deben evitarlo completamente. La Asociación Americana de Pediatría señala que el consumo de esta sustancia puede dañar al bebé en su desarrollo a largo plazo, según se encontró en un estudio realizado recientemente.
En una segunda investigación publicada por la misma asociación se halló que la molécula que le da a la marihuana la mayoría de sus efectos psicoactivos, el tetrahidrocannabinol o THC, se acumula en la leche materna (hasta 6 días después de la última toma). Esta nueva información llega al mismo tiempo en que el consumo de esta droga en mujeres embarazadas y lactantes va en aumento.
Durante el período de gestación, el THC puede traspasar la placenta con facilidad y acumularse en el cerebro del feto. Como resultado, la exposición prenatal a la marihuana puede posteriormente causar daños en la función ejecutiva, la concentración, la atención, el control de impulsos y la resolución de problemas. A pesar de esto, el uso medicinal de la cannabis se suele recomendar para tratar las náuseas matutinas del primer trimestre, precisamente cuando el embrión se encuentra en su etapa de desarrollo más vulnerable. Más tarde, en el tercer trimestre, para calmar el dolor de ciática.
El embarazo es la etapa de la vida en que las mujeres están dispuestas a privarse de cosas que son nocivas para el bebé, como el alcohol o el tabaco. Pero muchas tienen la impresión (equivocada) de que fumar marihuana no tiene ningún efecto negativo para el feto, y que incluso es de gran ayuda para contrarrestar algunas molestias de la gravidez.
La situación resulta alarmante, pues aunque el consumo de cannabis no cause defectos de nacimiento importantes o evidentes en los primeros años de vida, eso no significa que no afecte el desarrollo neurológico de ese pequeño ser humano.
Con información de Scientific American