Según la Organización Mundial de la Alergia (OMA) el 20% de la población mundial sufre alguna enfermedad alérgica, que frecuentemente se manifiesta en la población infantil. En México, de acuerdo con la Secretaría de Salud, entre un 5% y un 20% de la población padece o ha padecido algún tipo de alergia.
Los tipos más comunes son: asma alérgica, alergias alimentarias, síndromes alérgicos intestinales, urticaria aguda y crónica, alergia a medicamentos y rinitis alérgica, la cual se estima que sufre el 35% de los mexicanos y es considerada la enfermedad alérgica más frecuente en el mundo.
Una alergia es una reacción anormal a una sustancia normalmente inofensiva (alérgeno). Existen muchos alérgenos que pueden ocasionar reacciones de este tipo, como alimentos, animales (por su pelo, por ejemplo), polvo, insectos, árboles, malezas, polen, moho o medicamentos.
Según la Organización Mundial de la Salud, la alergia es una enfermedad que ha aumentado progresivamente en el mundo, al punto de que debe ser considerada como un problema de salud pública.
"Es el momento perfecto para concientizar a la población sobre estas enfermedades, con el fin de generar un diagnóstico oportuno que permita tratamientos y programas de educación e investigación que se transformen en mejoras para la calidad de vida de los pacientes", señala Hélida Silva, directora de Asuntos Médicos de Siemens Healthineers Latinoamérica.
En este contexto se han identificado siete síntomas de alerta que pueden indicar que se tiene una alergia y Silva comparte recomendaciones para el tratamiento oportuno.
En lactantes y niños pequeños:
En niños mayores:
Las posibilidades de que un niño desarrolle alergias aumentan cuando uno o ambos padres las padecen y aunque las alergias pueden ser hereditarias, se estima que entre el 8% y el 12% de la población podría desarrollar una alergia alimentaria a lo largo de su vida. Cerca del 90% de los alimentos pueden provocar alergias en la primera etapa de la infancia y esta cifra aumenta al 22% en alimentos como leche de vaca, huevo, trigo, soya, pescados, mariscos y frutos secos.
El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado de estos padecimientos es vital para interrumpir la progresión de los mismos y detener el avance de la alergia. La prueba no es algo complejo, como explica la experta de Siemens Healthineers, pues se ofrece una gama de pruebas que permiten el diagnóstico a través de una pequeña muestra de sangre, lo que evita que a los niños se les someta a una prueba de pinchazo de piel.
"Los niños sospechosos de alergias deben ser evaluados con un examen físico, historia clínica y varios test. Éstos podrían incluir una prueba específica de IgE (un anticuerpo específico) para determinar la causa de la alergia", agrega Silva. Una vida con alergias controladas es posible, sólo se requiere autocuidado, controles preventivos y un correcto tratamiento de estas afecciones.
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