La actividad física regular tiene una gran cantidad de beneficios para la salud, desde quemar grasa corporal, desarrollar masa muscular y fortalecer los huesos hasta activar la memoria, mejorar la salud cardiovascular y fortalecer el sistema inmunológico. 

Hacer ejercicio también reduce el estrés, mejora el sueño, aumenta la confianza y te ayuda a vivir más tiempo. Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, un adulto sano necesita al menos de 2 horas y 30 minutos a 5 horas de actividad aeróbica moderada por semana (como caminar a paso ligero) o 1 hora y media a 2 horas y 30 minutos a la semana de actividad aeróbica de intensidad vigorosa (ya sea nadar, correr, caminar, etcétera) o una combinación de ambas.

¿Qué horario es mejor para hacer ejercicio?

Si bien no hay algo establecido, debido a que todas las personas son distintas, el mejor momento es el que te ayudará a cumplir y ser consistente con tus entrenamientos. Para la mayoría de las personas eso significa hacer ejercicio lo más temprano posible en el día, pues dejarlo para más tarde crea demasiadas oportunidades para que otras "prioridades" reemplacen el tiempo que una persona pretendía dedicar a hacer ejercicio. 

"La investigación sugiere que las personas que hacen ejercicio temprano en el día tienen más probabilidades de adherirse a su rutina de ejercicios porque su fuerza de voluntad es más fuerte y la presión del día aún no se ha acumulado", dice Fabio Comana, fisiólogo del ejercicio e instructor de la facultad en la Universidad Estatal de San Diego y la Academia Nacional de Medicina Deportiva. "Para mí, personalmente, esto suena muy cierto: es menos probable que dedique el tiempo que necesito o deseo si planeo hacer ejercicio más adelante", agrega. 

Además, el ejercicio matutino también prepara el escenario para otras opciones más saludables durante el día. Por ejemplo, las personas que hacen ejercicio por la mañana tienen más probabilidades de elegir alimentos saludables. Esto se debe a que, inconscientemente, quieren aprovechar la forma saludable en que comenzaron su día. Sin embargo, “las mañanas también se presentan con mayor rigidez articular y discos dilatados o hinchados, los cuales pueden comprometer el movimiento", señala Comana.

Aunque si eres una persona más nocturna, seguramente es normal que al final del día te sientas con mucho más ánimo que por las mañanas. Los estudios destacan que una sesión de sudor al final de la tarde o la noche se asocia con niveles más bajos de estrés, mayores tiempos de reacción, mejor resistencia y mejor rendimiento anaeróbico (por ejemplo: carreras de velocidad y entrenamiento de resistencia).

Sin embargo, hacer ejercicio por la noche puede mantener elevadas las temperaturas centrales durante periodos más prolongados y retrasar la transición del sueño a la fase REM, donde verdaderamente descansa el cuerpo.

Adopta el hábito

"Si eres principiante, comienza enfocándote en adquirir la constancia primero. Una vez que hayas logrado eso ajusta gradualmente las variables como la frecuencia, la intensidad y la duración de tu entrenamiento", sugiere el experto en fitness.

Con información de Forbes

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