Correr es una actividad que despierta opiniones divididas; por un lado están quienes aman correr y han hecho de este deporte una parte importante de su vida, y del otro lado están quienes no entienden a los corredores.
Si perteneces al segundo grupo, las carreras, sobre todo aquellas que exigen horas de esfuerzo y dolor, pueden parecerte un concepto ajeno y de locos, pero ¿por qué a los corredores les encanta hacerlo? Porque correr produce increíbles sentimientos que ninguna otra actividad podría, sobre todo cuando se trata de una carrera de larga distancia, ya que la experiencia es más que ejercicio y endorfinas: es una metáfora de la vida misma.
Estas son nueve lecciones de vida que un corredor puede aprender en su trayecto de la línea de salida hasta la línea de meta.
1. Los cambios importantes no se logran de la noche a la mañana. Entrenar para un maratón toma al menos 4 meses de entrenamiento, si corres cuatro o cinco veces por semana. En el camino aprendes sobre tu cuerpo y lo que necesita en cuanto a nutrición, hidratación y descanso. Además, el proceso implica realizar ciertos cambios en tus rutinas diarias, como empezar a dormir temprano para poder madrugar y entrenar, así como cuidar tu alimentación.
2. Entrenamiento para cada necesidad. Al igual que cualquier actividad física, hay muchos términos por conocer y trabajar. Velocidad, fuerza y resistencia son básicos. Aprende en qué consisten y cómo debe ser tu entrenamiento para lograr mejorar cada uno de ellos, con el fin de ser más veloz y adquirir una mayor resistencia para aguantar carreras largas. El cuerpo es maravilloso y puede adaptarse, pero a un ritmo lento, no desesperes.
3. Decide tu propia distancia. Durante la carrera, en esos kilómetros en los que sientes que no puedes más y el cansancio y el dolor invaden tu cuerpo, jurarás que nunca volverás a participar en otra carrera. Sin embargo, al cruzar la meta estarás tan feliz que querrás repetir la experiencia una y mil veces. Para que realmente disfrutes del recorrido, dale tiempo al tiempo y no te dejes presionar. Ve a tu ritmo y elige la distancia más adecuada para ti. No importa si son 5, 10 o más kilómetros, lo importante es que te enfoques en hacerlo cada vez mejor. Al llevar esta enseñanza a otros terrenos, la clave está en elegir el camino que es mejor para ti y recorrerlo a tu ritmo, sin presiones externas.
4. La ruta te pone a prueba. Las rutas en las carreras son diferentes a las que acostumbras recorrer durante el entrenamiento. Por ello, es importante que estés preparado para las sorpresas del camino, que puede tener desde baches hasta las temidas cuestas arriba. Aprende a ser flexible y tomarlo con buena filosofía, porque quizá debas bajar el ritmo más de una vez, pero podrás reponerte más adelante. Ten presente que el camino está lleno de subidas y bajadas, de terrenos planos y pedregosos... tanto en las carreras, como en la vida
5. Compite contra ti. Una de las buenas cosas de ser un maratonista es que no necesitas nacer con aptitudes físicas o llevar genes de deportista para participar: hay maratonistas de todas las formas, edades y tamaños, que no compiten por un primer lugar, ¿por qué? porque, a menos de que seas un corredor profesional, la competencia siempre es contra ti mismo. Aunque otros corredores u otras personas pueden inspirarte, siempre es importante la introspección para asegurarte de que vas por tus propias metas.
6. Las lesiones son señales de tu cuerpo. A menudo son inevitables las lesiones, pero más allá de frustrarte y enfocarte en el malestar que te ocasionan, piensa que son señales de tu cuerpo para indicar que algo no está del todo bien en tus entrenamientos o en tu mismo cuerpo. En un maratón se realizan 66 mil pasos aproximadamente, por lo que es de suma importancia cuidar la técnica y poner atención a los movimientos de todo el cuerpo. Además, ten presente que es muy importante el calentamiento previo, al igual que los estiramientos después de correr, para prevenir lesiones.
7. Mantén la porra cerca. Pide que en uno o varios puntos de la carrera tu familia y amigos te apoyen, porque serán una motivación para sacar fuerzas cuando las piernas se cansen. Y también te impresionará el empuje que te darán los extraños que se reúnen para apoyar a los corredores. Así aprenderás que, aunque la carrera la haces tú solo, el apoyo de tus seres queridos y de quienes te rodean siempre es muy significativo.
8. El arte de desengancharte. En la última semana de tu entrenamiento, previo a la competencia, debes bajar el ritmo y la frecuencia con la que has entrenado, porque necesitas descansar y reponerte para el gran día. No dejes que la euforia te gane y evita sobreentrenar, pues esto haría que llegaras cansado y desgastado al día importante. Recuerda que el descanso también es parte del entrenamiento.
9. Relájate y disfruta. Llega el día de la competencia, y tu entrenamiento ha sido tan demandante que comprendes que todo lo difícil ya pasó. Ahora, la carrera es para disfrutarse sin estar preocupado por tu desempeño, porque para eso entrenaste durante tantas semanas, así que tu cuerpo estará preparado para hacer su trabajo. Corre a tu ritmo y disfruta de cada paso.
Con información de Medium